"Buscas información sobre el cannabis en internet y parece que lo cura todo, pero no cura nada". El profesor universitario y miembro del Proyecto Evitc para la prevención del consumo de cannabis y tabaco, Manuel Isorna, impartió ayer un taller en la Facultad de Ciencias de la Educación del campus de Ourense en el que combatió, con evidencias científicas, falsos mitos y creencias sobre el consumo de estas sustancias.

La jornada, que contó también con la participación del profesor José María Faílde y del coordinador del área de Salud del campus, Guillermo Santos, busca convertir a los estudiantes en agentes activos en la prevención del consumo de ambas, dado que son complementarias. "Se trata de formar a personas jóvenes que están en contacto con otros jóvenes para reducir el consumo y romper estos mitos y falsas creencias sobre el cannabis", explica Isorna.

Frente a esto, el taller expuso a los estudiantes las evidencias científicas que demuestran que el cannabis "sólo tiene tres usos terapéuticos pero en ningún caso cura enfermedades", señala el docente. Se refiere a los casos de esclerosis múltiple y artrosis, tratamientos de quimioterapia y radioterapia, y pacientes con VIH. "Reduce la intensidad, frena el vómito o aumenta el apetito en los casos de Sida, pero no cura el cáncer, ni la esclerosis, y además para el uso terapéutico nunca es fumado, siempre se aplica en aceites, cápsulas o spray, bajo supervisión médica", matiza.

Señala que toda esta información es leída por los jóvenes de "forma superficial en internet y parece que lo cura todo". En este sentido, incide en la necesidad de "sancionar a la industria del cannabis porque está literalmente faltando a la realidad".

Del elevado índice de consumo y la edad de inicio cada vez más temprana, entre 14 y 15 años de edad, nació el Proyecto Evict, que está financiado por el Plan Nacional sobre Drogas e impulsado por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. Isorna destaca que "ya nadie sale ya en defensa del tabaco", por lo que resulta paradójico que "los que fuman cannabis crean que es inocuo para la salud y no se dan cuenta de que lo están fumando mezclado con tabaco". Estudios demuestran, afirma, "que muchos siguen siendo fumadores cuando abandonan el cannabis". Isorna también alertó sobre las modificaciones genéticas que ha sufrido la planta en los últimos años para incrementar su poder psicoactivo, por lo que "fumar un porro ahora es como fumar cuatro de golpe hace 20 años".

Los asistentes al taller conocieron ayer los diferentes componentes del cannabis y el tabaco y sus efectos farmacológicos.