Juegos de palabras, humor a raudales y sobre todo un guion con un mundo al revés, propio de un entroido transgénero en el que nadie es lo que era ayer, fueron los ingredientes de la Voda da Pita que se celebró en el barrio ourensano de As Eiroás.

La Voda da Pita, que cumplía ayer 20 años desde su recuperación, después de muchos otros de silencio, recrea una historia real, la de dos viudos entrados en años, Gumersinda y Antonio que, décadas atrás, decidieron casarse, pero no cumplieron la costumbre de la zona de As Eiroás, en Ourense, donde aún está en pie la vivienda que ocupó el matrimonio, de invitar a los vecinos a una ronda de vinos tras el casamiento.

Sobre este argumento y rodeados por las coloristas máscaras de "A Pita" , personaje del entroido de Eiroás, se desarrolló un hilarante guion teatral en el que no faltaron guiños a la realidad política del último año, y hasta una boda final entre una monja y el "cabo" Morcillo, un abuelete que había tenido que incorporarse al benemérito cuerpo del Guardia Civil para compensar su exigua pensión.

"Son 20 años de la Festa da Pita y 19 de esa Voda da Pita, pero todo esto era parte de un plan de dinamización cultural de As Eiroás a cinco años, que funcionó y por lo tanto siguió hasta ahora", señala Lois Pardo, uno de los inspiradores de aquel proyecto.

Ahora todos están implicados en la fiesta; de hecho el vecino que hizo de Rajoy en la recreación de la Voda da Pita era el bisnieto de aquel Antonio Guimarei real que caso con A Pita. "Cada año metemos sátiras de lo que ocurrió". Por eso estuvieron Puigdemont, Baltar y el alcalde de Ourense, que aparecieron con los carteles de Diputación y Concello buscando selfis. No faltó el abanico rojo de apoyo a las mujeres, y ese mundo irreal de la "guardia civil" llegando a la boda a lomos de caballos de palo y con la música del antigua serie "Curro Jiménez " de fondo.

En esta Voda da Pita, un entroido resucitado que gana adeptos pese a que ayer, tuvo que hacerse bajo carpa a causa de la lluvia, hubo este año "una diferencia de edad entre todos los protagonistas de la recreación satírica de aquella boda, de 75 años, los que separan a Laram la "pitiña" de 5 años de Ismael, ese "cabo" Morcillo y vecino de As Eiroás que tiene 83 . A Voda da Pita tiene relevo generacional.