El comisario Antonio Álvarez, que se jubila el día 29, llegó en 2016 con el reto de esclarecer el caso de las armas robadas, los anónimos y la muerte de un agente, los distintos episodios de la peor crisis de la historia de la Policía Nacional en Ourense. El mando admitió que lo sucedido en la comisaría de As Lagoas tenía el tono de "un guion de cine negro". Tras conocerse las detenciones de dos policías, el principal sindicato, el SUP, expresó ayer su deseo de que la "triste" noticia sirva para poner fin "a una etapa negra".

El sindicato apela a la presunción de inocencia de los hermanos sospechosos a la espera de lo que determine la investigación, que se encuentra bajo secreto de sumario por orden de la magistrada de Instrucción 3 de Ourense, Eva Armesto. En todo caso, el sindicato confía en que se esclarezcan los hechos y "culmine una etapa negra en la Comisaría de Ourense", para que se empiece a hablar de "éxitos profesionales".

Además, desde el sindicato recuerdan que cuando a finales de 2015 estalló la operación Zamburiña -una consecuencia de los anónimos-, con cuatro policías antidroga investigados, habían tildado la intervención de "desproporcionada" por el hecho de que Asuntos Internos y el juez "hubieran dado credibilidad a los anónimos sin llegar al fondo".