A última hora de la noche de ayer, comenzaba a caer las primeras y aun débiles precipitaciones. Tendrá que llover "a cántaros" como dice la antigua canción, para suplir un año 2017, en el que solo se registraron hasta ayer, 72 días de lluvia y con precipitaciones acumuladas por debajo de los 12 litros por metros cuadrado, es decir diez veces menos que el pasado año.

Una situación que ha obligado a introducir restricciones en las labores de baldeo de calles y riego de jardines y que ha obligado a concellos de la provincia, a recurrir a suministros de agua en cisternas para labores domésticas y agrícolas al tiempo que ha dejado bajo mínimos los embalses que abastecen la provincia.