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"La verdad es que este año habría sido mejor borrarlo"

"En cuanto a la producción de castaña de este año, comparada con la pasada campaña, la verdad es que este 2017 era mejor borrarlo", confesaba Nuria Sánchez Limia, técnica en el Centro de Desenvolvemento Agroforestal que tiene su sede en Riós. "Aunque es casi imposible dar unas cifras que estén totalmente ajustadas a la realidad, calculamos que puede haberse reducido la producción entre un 40 y un 60%", indicó esta experta.

Los problemas comenzaban hace un año. "En noviembre de 2016, un temporal de viento y nieve provocó una destrucción muy grande en la zona de Pedrosa, Cortegada, San Pedro de Trasverea y Mirós", recordaba Sánchez Limia. Un primer golpe que causó daños en un total de 894 castiñeiros solo en Riós. Esta tormenta llegó a afectar a un total de 4.500 ejemplares situados en los concellos de Vilariño de Conso, A Gudiña y Castrelo do Val.

Ya en agosto de este este año, un domingo por la tarde se sobrevino el granizo. Esta vez, las inclemencias del tiempo se cebaban con otros puntos del concello de Riós como Romariz o Vendas da Barreira. "El pedrazo provocó la caída de muchos erizos y los que permanecieron en el árbol quedaron mazados", recordaba Sánchez Limia.

La sequía fue el golpe de gracia. "La castaña es un 90 % de agua, así que el poco fruto que creció quedó muy pequeño", explicaba esta técnica. Otro de los problemas derivados de la seca ha sido la proliferación de insectos como el Curculio elephas, un gusano que perfora el fruto. "No afectó a la totalidad de variedades pero sí a una gran parte", aseguraba la experta.

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