El calor y las sequía mantienen activa la alerta por incendios forestales en la provincia, que ayer movilizaron a los medios de extinción en cuatro focos de relevancia, dos en Lobios y dos en Chandrexa de Queixas. Además, uno de ellos puso en peligro la población de Padrendo, Río Caldo, en el segundo fuego declarado en cuatro días en esta parroquia de la Baixa Limia. Todavía estaba pendiente de extinción el primer foco, iniciado el lunes, cuando un nuevo frente arrancaba con fuerza acercándose al núcleo de Padrendo.

La Consellería de Medio Rural activó como medida preventiva el nivel 2 de alerta por proximidad a las casas a las 15.25 horas y la desactivó tres horas más tarde sin que se registrasen daños personales. Efectivos de los GES de Lobios y Muíños, así como la Guardia Civil, participaron en la vigilancia y protección de la aldea.

La evolución fue favorable y la participación de dos agentes, siete brigadas, tres motobombas, una pala, cuatro helicópteros y un avión, facilitó su extinción, a las 21.05 horas, con un balance de 20,4 hectáreas quemadas, de las cuales 15,4 son de arbolado.

En situación de controlado permanece otro incendio forestal en Río Caldo que se inició el lunes y en el que han colaborado hasta el momento 16 agentes, 44 brigadas, 16 motobombas, dos palas, ocho helicópteros y dos aviones. Se estima que han ardido unas 20 hectáreas.

Durante los trabajos de extinción en este siniestro resultó herido grave ayer un operario de la brigada helitransportada de Silleda. El bombero forestal cayó por una ladera en el lugar de Os Miliarios, próximo a Os Baños. El lugar era de difícil acceso por lo que tuvo que ser trasladado en camilla y posteriormente evacuado al CHUO en el mismo helicóptero de su unidad.