Pediatras consultados por este periódico advierten que el bebé tendría "muy pocas posibilidades" de aguantar 35 horas tirado en el contenedor, hasta que pasara el camión de recogida de la basura el martes, a las 2.30 horas de la madrugada. En el caso de que lograra resistirlo, presentaría "secuelas graves", debido a los cuadros de hipotermia e hipertermia que podría sufrir, por la concentración de calor que hubiera sufrido en la tarde de ayer, con temperaturas que podrían sobrepasar los 30 grados, debido al afecto térmico del recipiente, y la caída del termómetro de madrugada.

"Dados los agentes que se superponían, el bajo peso del niño, el ayuno prolongado y las variaciones de temperatura, oscilando entre hipotermia e hipertermia, las posibilidades de sobrevivir eran mínimas", reiteran. Sin embargo, restan importancia a que pasara mucho tiempo sin comer, teniendo en cuenta que antiguamente los pediatras mantenían a los niños prematuros "hasta 48 horas en ayunas", práctica que ha dejado de aplicarse hace años.