El Concello de Vigo ha logrado con las "turboglorietas" solucionar tres problemas de golpe. Además del desplome de los accidentes, como atestiguan las últimas estadísticas de la Policía Local, los técnicos municipales garantizan que en todos los cruces en los que se han colocado ha mejorado la fluidez de la circulación. Pero además, este modelo de rotonda ha contribuido también a poner fin a la estafa de los "rotonderos".

Los choques provocados en rotondas con la intención de estafar a las aseguradoras se convirtió en un serio problema por el que ya ha habido varios condenados. De hecho, en uno de los últimos juicios celebrado la semana pasada, uno de los peritos encargados del informe de algunos de estos accidentes enjuiciados reconoció la importancia que han tenido las "turboglorietas" para poner fin a esta estafa. Tras múltiples accidentes en la rotonda de Coia -dijo- "comprobamos que se producían por las mismas personas, en el mismo sitio y con el mismo mecanismo". Sin embargo -anotó- desde "marzo de 2016", con la "turboglorieta ya en marcha" "cesaron este tipo de accidentes".

De hecho, y al contrario que en las tradicionales, cuando se produce un accidente en una "turboglorieta", la culpabilidad queda más clara, ya que para chocar se ha tenido antes que pisar una línea continua.