Las risas y el llanto han regresado a las aulas de las escuelas infantiles de la provincia, aunque con menos presencia en las aulas del grupo de 0 a 1 año. Ya sea por la incidencia de la grave crisis demográfica que afecta a Ourense, donde solo se registra uno de cada 10 nacimientos en Galicia, o por decisión personal de las familias, pero la mayor parte de las 204 plazas que han quedado vacantes, corresponde a este grupo de edad.

Lo dijo ayer la directora xeral de Familia, Infancia y Dinamización Demográfica de la Xunta, Amparo González, que visitó la escuela infantil Antela, en el barrio de O Couto de la ciudad de As Burgas, con motivo del inicio del curso en la red de guarderías Galiña Azul, dependiente de la Consellería de Política Social.

Acompañada de la delegada territorial de la Xunta en Ourense, Marisol Díaz Mouteira, la directora xeral explicó que el número de menores admitidos este curso en la red Galiña Azul en toda la provincia asciende a 855, de las 1.121 ofertadas, quedando en lista de espera un total de 89 solicitudes que podrán acogerse a las ayudas que establece el bono concilia para el pago de plaza en la escuela infantil que las familias elijan y que no tenga financiación pública. Al mismo tiempo, Amparo González indicó que se reservan 59 plazas para situaciones de emergencia.

A la visita acudió también el alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, que añadió que en las cinco escuelas infantiles Galiña Azul de la capital han sido admitidos un total de 382 niños: 89 en la de Barrocás, 33 en el centro de la calle Colón, 68 en Virxe de Covadonga, 84 en A Farixa y 108 en la escuela de Antela. El número total de plazas es de 418 y hay 89 solicitudes en lista de espera.

Jesús Vázquez señaló que no se han creado nuevos centros en la ciudad pero "sí aumenta el número de plazas", anunciando la apertura el próximo mes de octubre de una nueva unidad en la escuela de Barrocás, con 8 plazas.

Con todo, los pequeños que ayer recibieron la visita institucional se mostraron muy contentos en una imagen que nada tiene que ver con los gritos de angustia y lágrimas con que muchos de estos pequeños se estrenan en la etapa escolar pero que se disipan a los pocos minutos de acceder a las aulas.