Los operarios del grupo local de emergencias del Concello de O Carballiño continuaba achicando, durante la mañana de ayer, el agua acumulada en algunos locales y limpiando sumideros, después de la gran tormenta de granizo que afectó a la villa el pasado domingo. Una granizada que llegó a anegar una treintena de bajos, calles y locales comerciales, además del propio consistorio .

El concejal de Servicios Públicos, Adolfo Nogueira, aseguró que se llegaron a atender hasta "unas cien llamadas" relacionadas con la entrada de agua en edificios, recibidas entre el Grupo de Emergencias y la Policía Local.