La ciudad de Ourense y O Carballiño sufrieron ayer fuetes granizadas a las cinco y media de la tarde. En la villa del Arenteiro los trozos de hielo alcanzaban "el tamaño de un garbanzo", comentaban los vecinos. La tromba de agua y pedrisco en Ourense fue intensa, por lo que el arrastre de hojas y de tierra provocó el atasco de sumideros y el nivel del agua alcanzó hasta medio metro de altura en algunos puntos de la calzada.

Los bomberos se vieron desbordados, al tener que acudir a desatascar sumideros, a partir de esa hora, a la rúa Serra Martiñá; N-525, en de la rotonda del puente nuevo -se inunda siempre que hay fuertes precipitaciones-, N-120, en la rotonda que hay delante de las torres de O Pino; junto al colegio de Casardomato, por el arrastre de ceniza y tierra de la superficie afectada por un incendio forestal; junto a los garajes de las viviendas sociales de O Pino.

Personal del cuerpo de bomberos procedió, momentos más tarde, a la colocación de arquetas en la rúa Progreso, que había levantado el agua, y también actuó en el cruce de la avenida de Portugal con la rúa Ervedelo.

Otro equipo de bomberos tuvo que intervenir en la praza da Lexión, rúa Marcelo Macías, glorieta de Vistahermosa, Mende, número 46 -por la caída de un árbol- y en la rúa Alejandro Pedrosa, por la inundación de la calzada. Por si fuera poco, también se inundaron dependencias del Parque de Bomberos de Ourense.

Sobre las siete y veinte de la tarde cayó otra tromba de agua sobre la ciudad de Ourense, con nuevas incidencias. Un poco más tarde, hubo otra granizada en O Carballiño, con calles inundadas y el desprendimiento de parte del falso techo de Galerías Magariños, en la rúa do Paseo, donde se había registrado el incendio en el que murió un concejal del PP. También resultó afectada por filtraciones de lluvia la iglesia de la Veracruz.

En Ribadavia y el resto de la comarca de O Ribeiro fue más intensa la lluvia que el granizo, si bien las bolas de hielo también hicieron acto de presencia, despertando los peores temores de los viticultores que ya han visto como las heladas tardías truncaban parte de su cosecha.

Aunque algunas hojas sí aparecen marcadas y algunos racimos afectados, no parece que el granizo haya causado excesivos daños en el campo. Con todo, hasta que pasen unos días no se verán las consecuencias reales.

Sin embargo otros negocios se han visto perjudicados por las fuertes lluvias. Sin ir más lejos, en el Bar Veronza de Ribadavia el agua entró hasta su interior. Pasaba de las 18.15 horas cuando, con el bar lleno, el nivel del agua comenzó a subir. "Los clientes se subieron a las sillas, también para baldear el toldo de la terraza lleno de agua", explican los propietarios y empleados del establecimiento.

Los que estaban en la terraza entraron y "se subieron a las sillas para evitar mojarse". El nivel de agua dentro del local superaría los seis o siete centímetros.

También fueron testigos de como el caudal del agua tiraba una moto.

Al filo de las 21.00 horas, una segunda granizada aún más intensa sacudía la comarca de O Ribeiro. Habrá que esperar a las valoraciones de los próximos días, pero según los testigos de la tromba, esta sí, por su virulencia podría afectar a los viñedos. El viento también ha sido extraordinariamente intenso por momentos, llegando a levantar tejas o desplazar algunos contenedores.

Las denominaciones de origen de la Ribeira Sacra y de Valdeorras en principio parece que no han sido afectadas por el pedrisco.