Con la intención de "cuidar una de las joyas del patrimonio monumental de Galicia", como así los manifestó el conselleiro de cultura, Román Rodríguez, en su última visita, la Xunta viene desarrollado un programa de inversión importante en la Catedral de Ourense, con especial atención a la rehabilitación y conservación, así como a cambios de elementos esenciales y que a día de hoy tienen sus riesgos debido a su estado, como acontece con el sistema eléctrico.

Después de que el proceso de licitación se iniciase en febrero del presente año, ayer daban comienzo las obras, de especial relevancia, como puso de manifiesto la directora xeral de Patrimonio, y que tienen que ver con la propia "seguridad" del templo, debido a "de surgir cualquier tipo de incidencia podría causar graves daños para el patrimonio patrimonial y artístico que se encuentra en su interior".

Una referencia a la que también hizo alusión el alcalde, al destacar la relevancia que tiene el cambio del "viejo y deteriorado" sistema eléctrico, para "evitar siniestros que podrían tener consecuencias muy negativas en caso de producirse algún fallo".

Un proyecto que también incluye un plan de eficiencia energética e iluminación. El plazo de ejecución de todos los trabajos es de seis meses, por lo que la directora xeral de Patrimonio espera que puedan estar finalizadas en febrero de 2018.