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Aemet alerta de que Ourense podría sufrir sequía extrema dentro de 100 años

Las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología auguran una reducción en las precipitaciones de hasta un 35% y un aumento de seis grados en las temperaturas

Embalse de Lindoso, en Lobios (Ourense), muy por debajo de su cota habitual de caudal. // Jesús Regal

Los veranos en Ourense son los más calurosos de Galicia, no cabe duda. Incluso algunos días, los termómetros de la provincia marcan los mayores niveles de toda España. Pero lo peor está por llegar si la contaminación, causante del cambio climático, no se reduce en las próximas décadas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) refleja en sus estudios de predicción que las temperaturas se elevarán de forma constante y que las lluvias cada vez serán más escasas a 100 años vista, un problema que ya preocupa en la actualidad, pero que podría ser fulminante en el futuro. Los expertos alertan de las graves consecuencias que tendrá este fenómeno en la sociedad.

Datos

La temperatura máxima absoluta en Ourense se registró el 20 de julio del 1990 con 42,6 grados centígrados. Por otro lado, el verano que menos llovió fue el del 1998, con un nivel 0 de precipitaciones. Las fechas quedan lejos, pero, desde hace tiempo, cada época estival nos acercamos más a dichas cifras prohibidas. Y, según los datos de Aemet, estos extremos sonarán a poco en los siguientes 100 años.

Diferenciamos en la provincia tres escenarios dependiendo del nivel de emisiones de gases de efecto invernadero. En los enclaves de mayor contaminación (RCP 8.5: datos muy altos de emisiones), la cantidad de lluvia podría caer en torno a un 30-35% y las temperaturas máximas podrían elevarse hasta algo más de 6 grados en los meses de mayor calor -datos de Aemet-. En aquellas zonas con una contaminación menor (RCP 4.5 y RCP 6.0: escenarios de estabilización), los números no llegarían a ser tan alarmantes, pero sí preocupantes. Las precipitaciones serían entre un 20-25% menos comunes. En cuanto al mercurio, en los escenarios RCP 6.0 treparía sobre 3,5-4º, y en los RCP 4.5, unos 2-3º.

"Lo que parece que va a pasar es que en los lugares en los que llueve, va a llover aún más, pero los espacios secos serán todavía más secos, y Ourense podría entrar en este segundo patrón, sobre todo en las primaveras y en los veranos", explica Juan Taboada, coordinador de predicción operativa de Meteogalicia.

Este hecho agravaría considerablemente un problema que ya es presente en la provincia: las sequías, que están haciendo que muchos concellos soliciten estos días cisternas de agua para su abastecimiento -véase Petín, Vilamartín, Vilardevós, Xinzo de Limia y Os Blancos--. "Eso es lo más preocupante, que nos podamos ver con primaveras y veranos no solo más cálidos, sino también más secos; a lo mejor esa diferencia no es tan grande en los inviernos, que no serán más fríos", añade el físico.

Pero las consecuencias, que son la clave del asunto, no se quedan ahí: "El aumento de temperaturas y la reducción de la cantidad de lluvia en las próximas décadas va a ser evidentemente significativo como para afectar a los sistemas ecológicos, en el plano de los incendios, a la agricultura o a la ganadería". Para más inri, el mayor número de anticiclones también dañará el aire que respiramos, ya que "estos hacen que el ambiente se renueve muy poco, y, por lo tanto, su calidad se empobrece", aclara Taboada.

En esta línea, las últimas investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que el aumento de las temperaturas será un elemento determinante en las defunciones por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, sobre todo en las personas de avanzada edad. Así mismo, el calor extremo incidirá de lleno en el acrecentamiento de los casos de asma, ya que hace que los niveles de polen y otros alérgenos se disparen.

"Está comprobado que el calentamiento global es un fenómeno que va a ir a más porque, una vez que los gases se emiten a la atmósfera, estos tienen un tiempo de residencia de un siglo", afirma el meteorólogo. Por esta razón, las predicciones a tan largo plazo son bastante fiables.

Soluciones

Con todo, la parte positiva de conocer el futuro es que se puede actuar ya no para cambiarlo, pero sí para paliar la gravedad del tema: "Hay escenarios en los que se usan más energías renovables o con mejor eficiencia energética, y eso hace que las temperaturas se vayan a elevar menos que en otros lugares en los que no se está haciendo nada".

Las soluciones pasan por intentar conocer esta problemática, concienciar a la sociedad y operar conforme a ello, por ejemplo, reduciendo el uso del gas natural, del carbón o del petróleo: "Tenemos que descarbonizar el transporte, ya que los vehículos a motor son grandes culpables", sentencia Juan Taboada. Solo así se conseguiría recortar la emisión de gases de efecto invernadero o de CO2, entre otros, con el objetivo final de minimizar esta hipoteca climática que, de no darle la importancia que merece, abocará al planeta al desastre total en menos tiempo del que parece.

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