Julio Gómez llegó por primera vez a O Carballiño en el año 1949, donde se estableció definitivamente apenas seis años después. Así lo recordaba ayer el que fue el fundador de la heladería La Ibense en la villa, durante el homenaje que recibió junto con su mujer, Lourdes Masid, por "toda una vida de trabajo". El Concello fue el encargado de agradecer sus más de 50 años de servicio, detrás del carrito de los helados, de parte de todos los vecinos, en un acto incluido en la programación de la 55ª edición de la Festa do Pulpo.

Por su parte, Julio Gómez agradeció esta mención especial y rememoró los momentos en los que llegó a O Carballiño: "De aquellas era una pequeña villa, pero con el tiempo fue creciendo hasta llegar a ser el pueblo pujante que es hoy en día". También recordó "las caminatas" hasta todas las fiestas que se celebraban no solamente a lo largo y ancho del municipio, sino también por toda la comarca como las de la Saleta, la Magdalena, o Maside, y hasta donde transportaba su puesto de dulces.

El alcalde, Francisco Fumega, les entregó como regalo una placa, un plato de pulpo y un ramo de flores, y aseguró sobre ellos que ni la Festa do Pulpo, ni los veranos en O Carballiño, "podrían explicarse sin su presencia". El regidor quiso destacar, además, su labor de toda una vida dedicada a elaborar helados y transportar el carro a todas las fiestas, subiendo y bajando cuestas, cuando aún no tenían vehículo, para pasar después, una vez adquirido el camión, "a traer a todos los jóvenes de vuelta a casa, tras las fiestas a las tantas de la madrugada", contaba. O Carballiño ha querido así honrar a los que considera "un símbolo" de su verano.