Los tentáculos españoles no solo se introdujeron en la identidad de las personas, sino también en diversos nombres de viales y pueblos, y, esta vez sí, ya desde los primeros pasos de la colonización, allá por el año 1564, con el almirante Miguel López de Legazpi, alias "el Adelantado", al frente.

Un ejemplo es la calle Orense que pisan los habitantes del área metropolitana de Manila, un pedazo de la capital de Filipinas, localizada dentro del grupo de islas de Luzón.

Otra muestra es la c/ Ourense, una de las arterias de la ciudad de Biñan -provincia de Laguna, situada también en Luzón-, cuyo nombre se cree que fue designado concretamente por los castellanos de la citada época Alfonso de Alvarado y Diego Espinar.