Como adelantaba el pasado martes el anfitrión de la gran fiesta, la de este año no sería muy numerosa: "Esta vez no viene mucha gente, nada más que tres personas de México, otras tres o cuatro de Madrid y un par de A Coruña. Después, también vendrán otros invitados de aquí del pueblo. No seremos más de 70", contaba. A pesar de ser una fiesta menos concurrida que en otras ocasiones, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, aseguraba tras retirar algunas bolsas del maletero de su coche y antes de entrar a la casa, que acudía a la cita seguro de encontrar allí "a mucha gente con la que se puede hablar y de la que también se puede aprender mucho".

De recibir a casi un centenar de personas se encargaba ayer a mediodía Toño, el diligente y educadísimo mayordomo de los Vázquez Raña. Así, uno a uno y por su nombre, saludaba a la puertas de la mansión a todos los asistentes a la fiesta. A su llegada les indicaba dónde y cómo aparcar sus vehículos, les acompañaba hasta el recibidor de la casa y se hacía cargo de los regalos que transportaban, función que no dio por zanjada hasta bien entradas las cuatro de la tarde.

Tras esa hora, el servicio a cargo de la casa, reforzado para la ocasión con una veintena de camareros, cerraba las puertas de la vivienda.