Un 20 de septiembre de 1923, el claustro del convento de San Francisco se convertía en el primer Bien de Interés Cultural (BIC) declarado en Ourense concello, pero no en la provincia. La iglesia de Santa Comba y San Torcuato de Bande se adelantaba al monumento de la capital dos años antes, en 1921, así como la capilla de San Miguel de Celanova, el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil y el monasterio de Santa María La Real de Oseira, todos ellos reconocidos Bien de Interés Cultural en abril de 1923.

Desde entonces, en Ourense, han sido considerados Bienes de Interés Cultural once bienes inmuebles más, el último, en el año 2007: curiosamente, el conjunto termal de As Burgas, el punto originario de la ciudad, fue el que más tarde ha recibido la condecoración a pesar de ser el lugar que más tiempo lleva dando vida a Ourense.

Hubo que esperar ocho años para sumar el segundo y el tercer Bien de Interés de la ciudad. Un 3 de junio de 1931, en pleno mes de papeletas republicanas, dos monumentos ourensanos conseguían la distinción: la Catedral de San Martiño de Ourense y el Pazo Episcopal, dos referentes eclesiásticos que compartirían a partir de ese momento hueco en el Patrimonio Histórico Español.

Tuvieron que pasar dos décadas para que en Ourense volviera a ser nombrado un monumento Bien de Interés Cultural. En enero de 1951, la iglesia de San Francisco entra en el grupo como el cuarto bien inmueble de carácter religioso. El edificio gótico del siglo XIV, situado en el centro de la ciudad, se trasladó a la zona del parque de San Lázaro en 1929. Hasta la fecha, estaba emplazado en lo alto de la ciudad, donde todavía se conserva su claustro -antes referenciado como el primer monumento reconocido como Bien de Interés Cultural en el concello de Ourense-.

Diez años más tarde, en abril de 1961, el conjunto del puente Romano y la capilla de Nuestra Señora de los Remedios es elegido como el quinto monumento que gozaría de esta forma de protección jurídica. A pesar de haberse construido con una diferencia de quince siglos, tanto el puente Romano como la capilla conforman un conjunto significativo de la ciudad por sus funciones en épocas pretéritas y su proximidad, ambas levantadas ante la presencia del río Miño.

Menos de un año después, el Museo Arqueológico de Ourense recibe la distinción patrimonial. En marzo de 1962, el museo ourensano pasa a formar parte de la lista de Bienes de Interés Cultural como el primer monumento no eclesiástico incluido en la misma.

En plena transición española, el casco antiguo de la ciudad de Ourense es declarado Bien de Interés Cultural. En diciembre de 1975, la zona vieja de la capital provincial entra a formar parte de la relación de bienes protegidos como el primer conjunto propiamente histórico que gozaría de esta nomenclatura y único hasta la fecha.

Una década más tarde, en junio de 1985, el Archivo Histórico Provincial de Ourense es reconocido como el octavo Bien de Interés Cultural de la ciudad. En la actualidad, cuenta con cinco quilómetros lineales de andenes con 221 fondos. Ese mismo día, la Biblioteca Pública del Estado en Ourense es catalogada como el noveno bien inmueble protegido bajo esta figura jurídica patrimonial.

Tuvieron que pasar quince años para sumar el décimo BIC. El cementerio de San Francisco recibe la distinción en febrero del año 2000. Para los amantes del rock, este monumento de la ciudad es uno de los símbolos de Los Suaves: su tema "San Francisco Express" es un homenaje a uno de los camposantos más emblemáticos de Auria.

Dos años más tarde, en junio del 2000, el Pazo de los Oca-Valladares, conocido como Liceo de Ourense, es nombrado Bien de Interés Cultural. Es uno de los pazos gótico-renacentistas de mayor relevancia a nivel gallego y, desde el siglo XIX, es sede del Liceo de la ciudad, sociedad cultural con más de 160 años de historia.

El conjunto de las fuentes termales de As Burgas, compuesto por la zona homónima y el territorio adyacente hasta el río Barbaña, es en febrero de 2007 el último bien inmueble reconocido Bien de Interés Cultural de Ourense por ser "un elemento diferenciador de la ciudad ya desde su origen, con un valor testimoniado desde hace siglos", como recoge el Boletín Oficial del Estado en el que se reconoce el nombramiento de este reclamo turístico.

Durante los últimos diez años, Ourense no ha conseguido incluir ningún monumento más en la lista de bienes designados Bien de Interés Cultural. Sin embargo, son muchos los edificios que podrían formar parte de ella: la Casa Taboada o el Castro de Oira son algunos nombres que han sonado con fuerza para aumentar el número de BIC de Ourense, la capital de provincia gallega que cuenta con menos monumentos bajo esta forma de protección jurídica.