El alcalde de Xunqueira de Ambía, José Luis Gavilanes, su hijo y su exmujer, fueron detenidos el pasado lunes 24. Agentes de la Brigada de Extranjería les tomaron declaración en Comisaría, investigados como presuntos autores de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Tras el interrogatorio fueron puestos en libertad, si bien el expediente será trasladado al ámbito judicial para que, de considerarlo procedente, se continúe con las investigaciones.

Gavilanes, que afirma que no fue detenido sino "citado" a declarar en Comisaría, negó ayer los hechos y afirmó que ningún trabajador de su empresa ha estado nunca en situación irregular. Admite mantener relaciones de "caridad" con inmigrantes ilegales a los que ayuda entregandocon ropa, dinero y comida, e incluso "pagar un piso" en la calle Jesús Soria a tres extranjeros que, de no ser así, estarían en la calle. Pero aseguró que "si esto llega a jucio" podrá desmontar con "pruebas contundentes" lo que califica de "trama" contra él.

Los hechos, ajenos a la labor política y de gobierno del regidor, afectan a tres ciudadanos extranjeros en situación irregular en España que desempeñaban trabajos de limpieza en la compañía de transportes Empresa Gavilanes S.L., de la que es propietario el alcalde José Luis Gavilanes, así como en la vivienda y las instalaciones del Club Ourense Baloncesto, COB, del que fue presidente su hijo Antonio Gavilanes.

Estas tres personas, dos de origen senegalés y otra de procedencia colombiana, no percibían salario alguno por las tareas que desempeñaban ni estaban dadas de alta en la Seguridad Social a pesar de que la relación laboral se había prolongado en el tiempo. Una de las supuestas víctimas llevaría dos años trabajando para ellos, otra un año y medio y la tercera seis meses.

Según fuentes de la investigación, se mantenían en esta situación bajo la supuesta promesa que de que firmarían un contrato laboral con el que podrían regularizar su estancia en el país. No obstante, ese día nunca llegó. Lo único que presuntamente obtenían a modo de remuneración era alojamiento en un piso compartido en el barrio de O Couto y comida, pero no retribución económica. Las condiciones en las que vivían, indican fuentes de la investigación, eran aparentemente dignas.

La Brigada de Extranjería y Documentación de la Comisaría Provincial de Ourense detectó esta irregularidad en febrero de 2017, en el marco de las labores de confirmación de una pareja de hecho formalizada entre un ciudadano senegalés y una mujer española. Los agentes comprobaron que el hombre estaba en situación ilegal en el país y que carecía de contrato laboral, pero sin embargo, pudieron observar que en la práctica realizaba diversos trabajos, especialmente de limpieza.

Voluntaria en Cáritas

Fue entonces cuando iniciaron una investigación que les llevó a José Luis Gavilanes, su hijo y su exmujer. Según ha trascendido, esta última trabajaba como voluntaria en Cáritas donde presuntamente establecía contacto con personas procedentes del centro penitenciario de Pereiro de Aguiar inscritas en programas de inserción social a las que habría ofrecido trabajo. Al ser conocedora de esta "explotación", informaron fuentes de la investigación, la entidad prescindió de su colaboración como voluntaria.

Ninguno de los tres ciudadanos extranjeros víctimas de esta presunta explotación laboral habían denunciado los hechos.

La policía ha constatado que los tres detenidos y puestos en libertad "eran conocedores" de la situación irregular en la que se encontraban los tres inmigrantes, pero a pesar de eso "no formalizaron un contrato de trabajo". La investigación incluyó la declaración de varios testigos que situaron a estos tres ciudadanos extranjeros realizando trabajos en "varios servicios" gestionados por la familia. Uno de ellos ya fue expulsado del país y los otros dos están en trámites.