Media provincia estuvo ayer en alerta naranja por altas temperaturas y el termómetro no falló. La capital de As Burgas alcanzó los 40 grados en una tarde sofocante en la que apenas había gente por la calle ni coches en circulación. Las zonas de baño acogieron a numerosos bañistas que trataron de refrescarse a golpe de chapuzón.

La temperatura máxima se registró en la localidad de Leiro, donde el mercurio subió hasta los 40,6 grados. También se superaron los 40 grados en Vilamartín de Valdeorras, donde el termómetro subió hasta 40,1. En el resto de la provincia, salvo excepciones en la montaña oriental, todas las localidades estuvieron por encima de los 30 grados y muchas superaron los 35º.

La situación mejora hoy levemente ya que se ha desactivado el nivel naranja pero Meteogalicia mantiene la alerta amarilla en los 55 ayuntamientos de la cuenca del Miño ourensano y el sur de la provincia, además de los municipios de la comarca de Valdeorras. En todas estas localidades se prevé que el termómetro suba de los 36 grados.

La masa de aire cálido africano empezará a retirarse el martes, por lo que bajarán las temperaturas máximas. En la capital se prevé que se sitúe en 32º y el miércoles caerán hasta los 26º, con cielos nublados. Un esperado respiro después de la ola de calor pero que no durará mucho. La previsión a medio plazo indica que a partir del jueves volverán a subir las temperaturas y el buen tiempo se establecerá el fin de semana con máximas por encima de los 30º.