La Policía Nacional detuvo al hombre que, en la madrugada del sábado al domingo -sobre las 8.00 horas-, supuestamente propinó, sin razón, tres puñetazos en la cara a otra persona en una discoteca del centro de Ourense y luego hizo lo propio con otra en la Avenida de la Habana.
El equipo médico del centro donde fueron atendidos los dos afectados afirmó que uno de ellos recibió puntos de sutura en la cara y en el interior de un ojo. Para más inri, este último puede llegar a tener una lesión en la vista, lo que hace que se le impute al supuesto agresor un delito de lesiones. Además, por el otro acto, será juzgado por un delito leve de lesiones.
El presunto autor es un varón ourensano de veinticinco años de edad ya fichado por la Policía tras cuatro detenciones anteriores.
Por si fuera poco, el supuesto artífice de los golpes, en su huida del local tras ser expulsado por los porteros, habló con una patrulla de agentes para contarles todo lo que había sucedido momentos antes, pero lo hizo sin delatarse. Sin embargo, la Policía Nacional acabaría arrestando al individuo en la Avenida de la Habana gracias a la llamada de los testigos de la segunda agresión. Relataron que habían visto a un hombre tirado en la acera con la cara ensangrentada. El joven pasó ayer a disposición judicial.
A Ponte
La Policía Nacional también detuvo en el barrio ourensano de A Ponte a un hombre al que se le imputan tres delitos: uno por robo con fuerza en el interior de un vehículo y otros dos por hurto a un individuo.
El varón, ourensano de 36 años, ya figuraba con un historial de cuatro detenciones. Los hechos ocurrieron uno detrás de otro en la tarde del sábado.
Según las propias autoridades, todo comenzó con la llamada de una mujer, quien avistó desde su piso cómo un hombre se hallaba al lado de un vehículo con la ventanilla rota. El presunto ladrón huyó del lugar nada más oír el reproche de la testigo.
Poco tiempo después, el propietario del coche alertaba a la Policía Nacional de que le acababan de robar su mochila con un portátil y demás objetos propios, todo valorado en más de 3.200 euros. Con la ayuda de unos amigos, consiguió recuperar sus pertenencias al rato.
Las descripciones de ambos testigos sobre la persona en cuestión coincidieron. Las características físicas que habían visto en él eran exactamente las mismas.
El individuo se desplazaría por el centro de la ciudad hasta llegar a una calle de A Ponte, donde habría llevado a cabo su tercera maniobra: el hurto de un teléfono móvil y de una cajetilla de cigarros a un hombre mientras este se encontraba dentro de un establecimiento. El robo fue valorado por 260 euros.
Poco tiempo después, los agentes pillaron al ladrón en una vía del referido barrio ourensano, a pesar de que comenzó a correr nada más ver a la patrulla.
Finalmente, durante el cuestionario al detenido, la Policía Nacional le interceptó lo que había sustraído y el hombre reconoció como suyos tanto el móvil como los cigarros. Pasó a disposición judicial en el día de ayer.
