Cuando entras un sábado en Peggy Records corres peligro. Peligro en el sentido que dice Tallón, parafraseando a Emil Cioran. Los discos, como opina Juan de los libros mejores, "deben aspirar a hurgar en las heridas". Peligro de que la mañana se evapore mientras revisas la última remesa, hasta que descubres la reedición de un imprescindible en vinilo, el formato que no sólo se escucha, sino que se huele y se toca. Música que se conserva, qué revolucionario. Hay lugares de culto que sobreviven a las prisas, al consumo urgente de Spotify y a la crisis. El sábado fue el primero, en su quinto emplazamiento (el sexto si se cuenta una ampliación), de la única tienda de discos que queda en Ourense. Sonaban la voz melancólica y rugosa de Lucinda Williams y el "It's a long way to the top (if you wanna rock 'n' roll)", de AC/DC, mientras Carlos Álvarez atendía a FARO. Peggy resiste desde 1989.

Las galerías del Parque de San Lázaro. La Avenida de la Habana. Manuel Pereira. En Samuel Eiján los últimos 5 años y, desde hace una semana, en Sáenz Díez 16. "El cambio se debe a razones económicas, a una descarga importante en alquiler que a lo mejor nos permite una larga temporada en esto. La situación del pequeño comercio es muy mala y la del sector discográfico es muy mala, con lo cual nos enfrentamos a dos situaciones muy malas. El nuevo local nos encanta, es la tienda más grande y más bonita que hemos tenido", cuenta Carlos.

El negocio, donde desde el 2000 trabaja como empleado Suso Gómez, sigue cautivando a ese grupúsculo de fieles, "gente entrañable, que es casi de la familia, que al día siguiente de un cambio viene a comprar un disco para reafirmar que forma parte. Es maravilloso, de las mejores cosas de esto", alaba el dueño Peggy, que también cuenta con público de otras provincias, se reinventó en los años duros para resistir. "Durante un tiempo, el cine y los videojuegos tuvieron un peso muy importante en la tienda y ayudaron mucho, entre el año 2003 y 2012. A partir de ahí, la crisis de estos sectores con el streaming y la caída de las ventas se ha tapado un poco con el resurgir del vinilo. Ahora estamos más volcados que nunca en la música, que ocupa mayor espacio".

El ocaso de las tiendas de discos -con los dedos de la mano en Galicia- sitúa a Peggy en la resistencia y entre los lugares selectos. "Según el mayor distribuidor del país, que es holandés y tiene delegación en España, somos los mayores en cuanto a unidades, espacio, presentación del producto y calidad de las instalaciones, con la excepción de una tienda de Barcelona. Nosotros no queremos caer en el tipo de local underground, sino ofrecer todo tipo de discos y de estilos. Aquí no se mira raro a nadie".

Según el informe de los Productores de Música de España (Promusicae), en 2016, por primera vez, el mercado digital superó al formato físico: 100,3 millones de euros en ganancias gracias al streaming o las descargas de internet, frente a los 63,5 ingresados por productos más tradicionales, que cae en todos sus epígrafes excepto en las ventas de LP en vinilo (433.000 unidades en 2016, un 19,6 % más). En Peggy este formato supone más de un 20% del volumen del negocio. "En los últimos 6 o 7 años se ha recuperado pero es un mundo pequeño, al que no se incorpora mucha gente, porque es un soporte demasiado caro en España". Hay 7.000 unidades expuestas y decenas de miles en el almacén, entre sencillos y LP. Tal ingente catálogo va entrando y saliendo de la trastienda. El CD, con precios mucho más razonables que antes de la crisis, representa el doble en la facturación del local.

La tienda es un polo cultural de una ciudad pequeña donde, según Carlos, como en el resto de Galicia, "pecamos de individualistas, lo que hace que no aprovechemos las sinergias que podrían crearse en el mundo de la música y la cultura. Nosotros hicimos un intento para traer músicos y crear una escena, sólo para que esta ciudad esté viva, pero nos topamos con esa dificultad. Nos juntamos 5 o 6 personas, todas buena gente, pero no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo para hacer algo. Algo similar sucede a todos los niveles de nuestra provincia y en todo nuestro país. Mientras otros lugares siguen adelante, nosotros nos estancamos".