Vigo se convirtió en noviembre de 2015 en la primera ciudad española por la que circuló un coche autónomo. Se trataba de un prototipo desarrollado por el Grupo PSA que cubrió el trayecto Vigo-Madrid. El vehículo, un C4 Picasso fabricado en Balaídos con un sistema de conducción automatizado, no llegó a rodar en modo autónomo en el entorno urbano, aunque sí por el segundo cinturón, la AP9, la A55 y la A52. Los cuatro coches que se testarán el próximo verano (dos aportados por PSA y otros dos, por el CTAG) sí se moverán por pleno centro.

Galicia participa desde hace años en el desarrollo de los automóviles autónomos de PSA a través del CTAG, con programas como el Mobile Lab, suscrito con la dirección de Investigación, Innovación y Tecnologías Avanzadas de la multinacional francesa. La aportación autonómica en el proyecto se centra en el campo del HMI (siglas en inglés de Human Machine Interface), en cómo interactúa el conductor con el coche en los diferentes escenarios de conducción automatizada (a través de enlaces multimedia: imágenes, sonidos, vibraciones, etc.).

Desde el punto de vista económico, la conducción automatizada puede contribuir al renacimiento industrial europeo, con la creación de nuevos puestos de trabajo especializados en toda la cadena de valor de la automoción. La propia Unión Europea, dentro de su plan para reindustrializar la eurozona, apuesta sin ambages por el automóvil, y dentro del sector, por los vehículos autónomos y conectados, alentando a las empresas tecnológicas a formar un frente común con la industria de las cuatro ruedas.