Algunos de los testigos citados al juicio contra Juan C. P. hacían ayer su cuarto viaje. Los tres anteriores habían resultado en vano. El proceso se suspendió en la fase de juicio en tres ocasiones. En una de ellas, el pasado enero, el acusado remitió un informe médico al juzgado, solo un día antes, para excusar su presencia.

Una de las trabajadoras citadas había costeado 68 euros de taxi, ida y vuelta, desde Leiro a la ciudad de Ourense. Ha presentado documentación para que se le abonen las facturas. La hija de la víctima llegó a desplazarse desde Madrid en el primer señalamiento. Antes de que el acusado pactase ayer con su defensa y la Fiscalía el acuerdo de conformidad que zanja el caso, planeaba la posibilidad de una nueva suspensión del juicio. No había problemas de conexión mediante la videoconferencia -el concurso del imputado es imprescindible cuando la petición de condena supera los 2 años-, pero ayer no podía asistir una asistenta social, cuyo testimonio se consideraba imprescindible si la vista oral se hubiera celebrado.