R. O., nigeriana, fue a juicio por un delito de maltrato tras pegar en la calle a su hijo de 5 años. La Fiscalía pedía 6 meses de prisión, más un año y medio de alejamiento y pérdida de la patria potestad. El juez del Penal 2 absuelve. Porque el pellizco que hizo al menor "no debió de ser tan intenso" cuando no le dejó marca y porque su reacción "fue un tanto exagerada, por ser reprendido por su madre en un lugar público". Los policías no vieron rojez y los testigos manifestaron que el niño ya gritaba y lloraba antes, sin hacer caso a su madre. Es un hecho "inadecuado" por parte de la madre, "incapaz de frenar la conducta escandalosa de su hijo", pero "aislado e insignificante desde el punto de vista penal", resuelve el magistrado en un fallo que no es firme.

Unos viandantes recriminaron a la mujer cuando le dio unas collejas, le pellizcó en el costado y le retorció el brazo. El niño comenzó a gritar y a llorar con mayor intensidad. Hubo un enfrentamiento entre la madre y un ciudadano que le llamó la atención. Fue requerida la Policía. Dos agentes comprobaron que el menor no tenía rojez ni moratón en el costado. La madre alegó que el niño estaba caprichoso, protestando porque no le había comprado un regalo. Negó haber hecho más que cogerlo por el brazo "para llevarlo". El juez ve probado el castigo físico, pero no base para un delito.