La literatura va más allá del sentido literal y trasciende la página. Activa emociones, conecta con el pasado, proyecta la mente. El escritor crea un universo y el lector lo traduce; cada mirada es única. "Ilustrísima", "Os mortos daquel verán", o "Vento ferido" dejaron en cada lector de Carlos Casares una pátina particular. Qué mejor que expresar lo que transmiten que en abstracto. El último homenaje al autor de las Letras Galegas 2017 se celebró ayer, en Ourense, de un modo artístico menos habitual, empleando de brocha una apisonadora y la calle, de estudio de "performance".

Los artistas Fonso Castro, Isabel Somoza, Xabier de Sousa y Xosé Poldras coordinaron una iniciativa escenificada en el exterior del centro cultural Marcos Valcárcel. La obra une varias texturas que evocan pasajes del universo literario de Carlos Casares. De la estampación con apisonadora - suena a pieza de la feria de arte contemporánea ARCO, o a canción de free-jazz- fueron testigos peatones, vecinos y turistas. El público, presenciando en directo el proceso de creación. Los ciudadanos, orientados por los expertos en las nociones técnicas básicas, pudieron hacer su propio grabado, igual, con una apisonadora que deja marca. Como la mejor literatura.