Carlos Eduardo J. A., un portugués de 33 años, se enfrentaba a 3 años y medio de prisión por robar en una casa de Oímbra. Ayer admitió el delito, evitó el juicio y se benefició de una rebaja que le evita ir a prisión, pues carece de antecedentes.

Asume que el 24 de julio de 2014 entró en una segunda residencia de una aldea de Oímbra, tras forzar una puerta de acceso a la cocina (no logró entrar por una ventana). Se apoderó de una cubertería de plata de 166 piezas, así como de 4 botellas de whisky y los certificados de garantía de dos relojes de oro de la marca Rolex. La aseguradora solo pagó los daños y la indemnización por las botellas de whisky, entregando a los perjudicados 3.500 euros. La cubertería valía otros 2.500.