Benito Fidalgo Durán, un vecino de Ribadavia de 58 años, sin antecedentes, ha sido condenado por un delito continuado de maltrato animal. Según el juez adscrito al Penal 1 de Ourense, Ricardo Pailos, hay pruebas de que el encausado ahogó a 5 cachorros de gato en un cubo, usando una manguera, la tarde del 9 de julio de 2015. Él lo negó en el juicio, en instrucción y también a los guardias civiles, a quienes dijo que este tipo de actos se habían hecho así "toda la vida". Una vecina denunció tras ver al hombre con un cubo y una manguera, oyendo a continuación maullidos. La fiscal pedía 14 meses de prisión. El magistrado impone 12, más una inhabilitación durante 3 años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio relacionados con animales domésticos. Tampoco podrá tener mascotas. La medida no afecta a su negocio siempre que se ciña a la venta de piensos y pollos que comercializa ahora.

La sentencia, que no es firme -cabe apelación a la Audiencia Provincial de Ourense-, lleva fecha de 19 de mayo, solo tres días después de la vista oral. El juez considera probado que, sobre las 19.50 horas del 9 de julio de 2015, Benito Fidalgo introdujo 5 cachorros vivos de gato, tres de ellos negros y dos rubios, en un cubo negro.

A continuación, con una manguera, llenó el recipiente con agua, provocando la muerte por ahogamiento de los animales. El juez también ve acreditado que el hombre ocultó el cubo en el interior de un bajo de su propiedad, colocando sobre él varias cajas y otros envases, con la intención de dificultar el hallazgo. Los agentes de la Guardia Civil localizaron el capazo con los cachorros ahogados dentro.

"Solo puedo decir que yo no fui, porque estaba en mi tienda. Los gatos no eran míos", dijo el hombre en su derecho a última palabra. Su versión es que otra persona los mató y los introdujo en el bajo anexo a su tienda, porque la puerta estaba abierta. "No sé quién fue, yo no. Pudo entrar cualquiera", hiló.

El juez califica sus manifestaciones de "absolutamente inverosímiles y sumamente confusas", y concluye que la valoración de la prueba del juicio "ha de llevar, sin duda, al dictado de una sentencia condenatoria". Se basa en que la testigo "percibió con claridad" que Benito Fidalgo "había ahogado a 5 los cinco cachorros de gato que habían nacido de la gata que ella alimentaba a menudo". Una vez llegaron los agentes, "sorprendieron al acusado in fraganti, y este, al ver a los agentes, intentó ocultar el cubo".