La ciudad de Ourense se levantó ayer cubierta de humo. El característico olor a ceniza, más habitual del verano, era palpable este lunes por la atípica situación de incendios forestales que sufre Galicia, asociados a la sequía de los últimos meses y a las temperaturas más altas de lo habitual para esta época del año. El humo situado sobre Ourense procedía del incendio forestal que ha arrasado unas 120 hectáreas en Sober, en la Ribeira Sacra. La localidad lucense está a 45 kilómetros de la capital de As Burgas. En la provincia ourensana, un incendio declarado ayer de madrugada en Cualedro quedó extinguido tras arrasar 20,4 hectáreas.

El ambiente se satura todavía más si cabe por la concentración de polen y otros alérgenos en suspensión el aire, esta sí una estampa propia de la primavera. En el paseo del Miño, un manto blanco y verdoso cubre todo el camino.

En la provincia de Ourense hay dos estaciones que miden la calidad del aire, según distintos parámetros químicos. Tanto en la de Ourense como la de Laza el nivel era "bueno" ayer, según Meteogalicia.