El artículo 337 del Código Penal castiga a aquel individuo que "por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente, causándole lesiones que menoscaben gravemente su salud o sometiéndole a explotación sexual, a un animal doméstico o amansado". Las penas contempladas para el tipo básico son las de prisión de 3 meses y un día a 1 año, así como con la inhabilitación especial de 1 año y un día a 3 años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales. Si como resultado del maltrato se hubiera causado la muerte del animal se contempla un tipo agravado y se impondrá una pena de 6 a 18 meses de prisión e inhabilitación especial de 2 a 4 años. Esa es la teoría. El juzgado de Verín decidirá si la lleva a la práctica con el caso de un ganadero de Riós que fue detenido este martes por la Guardia Civil, tras localizarse en su explotación 6 cadáveres de ovejas.

Un vecino presentó una denuncia y agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) del cuartel de Viana do Bolo acudieron a hacer una inspección a la explotación del investigado en Progo, en el ayuntamiento de Riós. El ganadero, J. D.Q., un hombre de 45 años de edad, vecino de la localidad de Pousada, en el mismo municipio, tenía en su explotación de unas 250 cabezas restos de ovejas muertas, en avanzado estado de descomposición, dentro de un contenedor de residuos orgánicos. Presuntamente dejó morir a seis de ellas. De un árbol colgaban restos de otro animal. La Guardia Civil aún no ha averiguado la razón. Los animales de la explotación estaban mal cuidados. Ayer solo quedaban algunos animales en el interior. El resto fueron retirados. Las cuadras presentaban numerosas carencias de salubridad, por lo que la Guardia Civil abrió además un expediente sancionador.

Según indicaron fuentes próximas a este caso, el ganadero se acogió a su derecho a no declarar en el cuartel de la Guardia Civil, pero supuestamente su justificación es que había tenido a su mujer con problemas médicos, un inconveniente que le impidió dedicar el tiempo necesario a la granja.