Faustino J. H., de 38 años, ha pasado más tiempo recluido que en libertad en la última semana. El sábado pasado, la magistrada de Instrucción 1 de O Carballiño decretó su ingreso en prisión preventiva, como conductor a la fuga de la banda de asaltantes de casas del rural de Ourense. El miércoles, unas 72 horas después, el investigado salió del penal de Pereiro de Aguiar tras el abono de su fianza, de 4.000 euros. Solo dos días más tarde, Faustino J. H. volvió a ser detenido. La Policía Nacional lo arrestó este viernes 31 de marzo por quebrantar presuntamente una orden de alejamiento con respecto a su pareja. Iba con ella pese a que lo tenía prohibido.

El hombre, con residencia en Ourense, pasará a disposición de la magistrada Eva Armesto, titular de la sede que asume las competencias en violencia de género -Instrucción Número 3-, y en funciones de guardia hasta mañana.

El sospechoso suma así otra causa penal en su haber. Aunque él niega vinculación con los robos en viviendas, la Guardia Civil considera que se trata del conductor de la banda ourensana-albanesa desarticulada la pasada semana por la Policía Judicial, con un balance de 4 agentes heridos por el ataque de los foráneos cuando fueron sorprendidos "in fraganti" dentro de una vivienda de Boborás a la que iban a robar.

Faustino J. H. conducía el coche. e dio a la fuga (primero en el vehículo y tras volcar, a pie, monte a través toda la noche), al ver que la Guardia Civil había arrestado a los dos albaneses y al ourensano que les servía de enlace, Francisco J. G. T., de 35 años, el presunto cabecilla de los robos y el encargado de elegir las viviendas objetivo.

La Policía detuvo al conductor a la fuga casi un día después, en el barrio ourensano de Covadonga. Era el único de los 4 investigados con prisión eludible bajo 4.000 euros de fianza. Después de que su entorno la depositara, el miércoles abandonó la cárcel de Pereiro, a las 14.30 horas de la tarde. En total, tres días estuvo entre rejas.

El pasado sábado, en el juzgado de O Carballiño, tras pedir un cambio de abogado -el primer plan es que los 4 investigados compartieran defensa-, solo él quiso declarar. Según su manifestación ante la juez del caso, acudió al lugar del robo sin saber que sus acompañantes iban a delinquir. Cuando vio el despliegue de efectivos y el revuelo tras la resistencia de los asaltantes, se dio a la fuga por "miedo".

Por su parte, tal y como ya informó este periódico, la defensa conjunta del cabecilla ourensano y de los dos asaltantes albaneses -M.B, de 28 años, y E.S, de 24- que se enfrentaron a los agentes resistiéndose a la detención de forma violenta -uno utilizó un destornillador contra uno de los guardias- busca atenuantes que minimicen la responsabilidad penal.

Es improbable que puedan sallir indemnes de los delitos de tentativa de robo con fuerza en casa habitada, cuatro de lesiones (uno por cada agente de la Guardia Civil que resultó herido), así como atentado a la autoridad y desobediencia. Consciente de las evidencias y con ánimo de "colaborar" con la justicia, el letrado afirmó a FARO que sus clientes aceptarán su implicación -en distinto grado-por esas conductas y que incluso se arrepentirán. "Pedirán perdón y pagarán las lesiones de los guardias". El letrado dice que los foráneos solo llevaban un día en la provincia y que F. J. G. T. de 35 años, el supuesto ideólogo, "es consumidor habitual" y delinque para lograr dinero para su adicción. Está en el módulo de tratamiento de Pereiro de Aguiar.