Fueron cuatro días y cuatro noches. Una espera tan larga como los 47 metros de largo y 180 kilos de peso, de la dovela que había partido el viernes pasado de la factoría Dizmar de O Carballiño (Ourense) donde fue construida con la intención de llegar sin contratiempos, con destino a Vigo, para el proyecto de ampliación del puente de Rande, pero que "encalló" en plena autovía el pasado viernes y tuvo que hacer esta parada técnica en el área de servicio de la A 52 en Ribadavia.

Tras días de falsas expectativas, ante el riesgo de que la carga pudiera caer en la autovía, la caravana partió a medianoche de esa gasolinera de Ribadavia, custodiada por varias patrullas de la Guardia Civil de Tráfico así como por furgonetas de la firma encargada del transporte y vehículos de apoyo.

Las patrullas de la Guardia Civil fueron las encargadas de ir cortando el paso al resto del tráfico rodado, tanto en la cabeza como a la cola de la caravana, y desviar luego los posibles camiones y otros turismos que circulaban a esa hora, al llegar a Ribadavia, por la Nacional 120 e incorporarse luego en el enlace de Melón a la autovía. Esto permitió al resto del tráfico dejar atrás el tapón suponía la caravana del transporte de la dovela, que tuvo que circular a una media de 5 kilómetros la hora.

Las complicaciones del transporte de una pieza de estas dimensiones han pillado sin experiencia previa en el traslado a todas las empresas y servicios implicadas. El camino emprendido anoche, debería salvar, si todo ha salido correctamente durante la madrugada, la primera etapa, hasta A Cañiza, del total de 80 kilómetros que separan la zona en la que estuvo paralizado el vehículo Ribadavia, de la ciudad de Vigo.

Primero, A Cañiza

Para ello la idea era realizar ayer esa primera fase hasta la entrada al túnel de A Cañiza, donde tenían previsto llegar a primeras horas de la mañana y estacionar en una explanada previa a la entrada del túnel. La autovía Rías Baixas tiene aún un último tramo de A Cañiza a Porriño donde remata la A 52. Pero el temor de la caravana era enlazar luego con la A-55 a una hora diurna y con un tráfico tan intenso como el que registra esa zona fabril.

Al cierre de esta edición varias patrullas de la Guardia Civil de Tráfico de Ourense, así como furgonetas de la empresa encargada de transporte de la dovela, iniciaban la lenta incorporación del camión a la autovía, en la que se emplearon más de veinte minutos para dar el giro.

Un técnico alemán vigilando

Previamente, en horas de la mañana, de ayer, un técnico desplazado desde Alemania para verificar el perfecto anclaje de esta carga y controlar el desplazamiento del camión por carretera (pues el vehículo largo es de fabricación germana) había garantizado el perfecto anclaje al camión de la pieza y la estabilidad de la misma.

El de anoche fue el último intento de salida hacia Vigo. Hubo otros dos fallidos a lo largo del día. El primer aviso de salida de la pieza para cumplir los plazos de la empresa constructora del proyecto de ampliación de Rande, que empieza a apremiar, se dio a las 14.30. El otro a las 16.30. Todo era nuevo en este primer viaje de la primera de las cuarenta piezas, que se irán incorporando al proyecto de ampliación del emblemático puente de Rande, que permitirá ampliar sus carriles de circulación.

Sin experiencia previa

Nunca había fabricado Dizmar en O Carballiño una pieza de este tamaño, ni la empresa concesionaria del transporte se había metido en tal complejidad. De ahí que todo el proceso haya estado plagado de precauciones para evitar errores irreparables, indican los implicados en el transporte.

Finalmente si la ruta iniciada ayer sigue según lo previsto, esta pieza o "Dovela 0" y su complejo traslado narrado seguido casi paso a paso por su novedad, tendría que llegar a la Avenida de Madrid en Vigo a última hora del miércoles o madrugada del jueves. Nadie se atreve a poner horas.

Ahí empezará otra etapa delicada, al tener que trasladar por parte del casco urbano de Vigo, esta enorme pieza, que hace insignificantes en tamaño algunas de las esculturas y edificios del centro urbano vigués, y llevarla hasta el puerto de Vigo.

Desde allí la "Dovela 0" será trasladada por mar hasta Rande, que se convierte casi tres siglos después en escenario de otra "batalla", la del traslado una a una de las piezas de ampliación de la plataforma del puente.