Pese a la primera confesión ante la Policía -desde entonces el acusado ha guardado silencio-, el abogado de Alexandru M. L. pide la libre absolución. Solo admite que regresó al piso para limpiar pruebas, pero niega implicación en el crimen. Consciente de las pruebas a las que se enfrenta -el acusado fue sorprendido saliendo del edificio con relojes de la víctima, cuchillos y prendas ensangrentadas-, su defensa no se limita a reclamar la libre absolución. En el supuesto de que la Audiencia Provincial dicte una condena, el letrado reclama la aplicación de eximentes o atenuantes de la responsabilidad criminal. De este modo, apela a una disminución del castigo por trastorno psíquico (los forenses lo descartaron), una intoxicación por alcohol o drogas, problemas de adicción así como una grave "obcecación" o "arrebato", entre otros argumentos.

La defensa hace hincapié en el viudo, sus supuestas infidelidades y el cambio de testamento y divorcio que perseguía la víctima. Al inicio de la instrucción, el abogado del acusado pidió investigar si había nexo con las supuestas amenazas de la pareja que habían motivado que Milia quisiera cambiar su herencia e iniciar la ruptura. Llegó a contratar a un detective para comprobar que le era infiel. La defensa también subraya que la Policía Científica "analizó los cuchillos y dice que ninguno de ellos entró en el cuerpo de Tomás Milia, pese a que el acusado confesó que con uno de ellos atacó a Milia para causarle la muerte".

La prueba "no es relevante"

La Audiencia Provincial no admite parte de la prueba propuesta por el abogado defensor, Eduardo Mazaira. La Sala deniega, "por no estimarse relevantes al objeto de la resolución de la causa", la declaración del abogado de la víctima que acudió a comisaría para comunicar las gestiones previas del divorcio y las supuestas amenazas. Tampoco ve necesario el tribunal que intervenga el detective que indagó la supuestas infidelidades del viudo -con el que ya no convivía la víctima-, así como la de un joven que estuvo con él durante la noche de los hechos..

Asimismo, la Audiencia rechaza la comparecencia de la abogada de oficio que asistió al acusado en su primera declaración ante la Policía Nacional, así como la de un forense y la de un guarda de la prisión de Pereiro de Aguiar. La defensa pidió este testimonio porque supuestamente el acusado tuvo "una pequeña discusión", en el verano de 2014, que lo llevó "a tirarse desde un tejado de una altura de 7 metros", de lo alto de la capilla del centro penitenciario. La defensa afirma que esta prueba "es muy importante para evidenciar el descontrol psicológico que padece el acusado, y su impulsividad y falta de control de impulsos". El joven tuvo que ser operado tras el incidente y estuvo 12 días ingresado en el hospital.