Por la villa de O Carballiño es difícil ver transeúntes durmiendo en la calle, ya que cuando no tienen donde pasar la noche lo más habitual es que pidan ayuda de los Servicios Sociales para desplazarse al albergue más próximo, Ourense, pero puede que alguno prefiera dormir en la calle.

Así aconteció hace unos días cuando un vecino de Ferrol, de más de 50 años, estaba durmiendo en la entrada a un cajero y a petición de la policía se marchó pero fue a dormir a unas galerías. Alertados por vecinos preocupados, los agentes se personaron allí de madrugada, y le ofrecieron manta y cartones para soportar el frío. Y para asombro de ellos, al día siguiente les devolvió la manta. Desde los Servicios Sociales dicen que son pocos los que pasan por la oficina, cada vez menos que años atrás, ya que saben que solo se les da el billete a Ourense, y solo en casos de emergencia se les paga un hostal.