La fuerza del viento arrancó árboles y dejó un reguero de incidencias. En el cementerio de Padrendo, Lobios, provocó destrozos en los panteones y rompió sepulturas (la más afectada estaba vacía), además de derribar ornamentación funeraria y arrancar varias tejas de la cubierta de la iglesia. Las rachas de viento derribaron un pino que atravesó la carretera y cortó el paso de los feligreses. El párroco se vio obligado a suspender las misas del fin de semana. La alcaldesa, María Carmen Yáñez, destacó la virulencia del temporal entre el viernes y el sábado y señaló que el GES trabajó "las 24 horas todo el fin de semana resolviendo numerosas incidencias".