Y si en el salón de sesiones se debatían otras cuestiones, en la entrada al Concello se realizaron dos concentraciones. La primera de ellas tuvo como protagonistas a agentes de la Policía Local, que califican los cambios en los turnos de la plantilla como "un capricho", además de criticar determinadas actitudes y hablar de "acoso y persecución".

Lo que quieren saber es el "trasfondo" de todo este asunto, y señalan a la intendente María Barrera como responsable, a la que emplazan a dar explicaciones en la mesa de negociación y ser la autora de "informes tendenciosos" que trasladan al alcalde Jesús Vázquez, y al edil de Seguridad, Carlos Campos, que sobre este asunto tienen "los conocimientos justos", y por eso "se limitan a leer los papeles que les dan", para hablar y hacer afirmaciones "de lo que no saben".

Por su parte, las trabajadoras del servicio de limpieza de edificios municipales protagonizaron ayer una nueva concentración, y aunque Seralia continúa de forma temporal, al aceptar el Concello un incremento en la factura por prestar servicio, reclaman garantías de futuro.

En ese sentido, las críticas las centran en el pliego de condiciones técnicas, administrativas y económicas que serán las que determinen el concurso de adjudicación del servicio. Advierten sobre determinadas cuestiones del mismo, que le llevan a reclamar su retirada y la elaboración de uno nuevo con garantías económicas para evitar lo que pasó con Seralia.