Con 1.658 trabajadores en su plantilla, la Fundación San Rosendo se sitúa como la tercera empresa de la provincia de Ourense en número de trabajadores, por detrás de Coren y Textil Lonia, y supera por primera vez en sus 25 años de historia los 1.600 empleos directos. El presidente de la entidad, José Luis Gavela, presentó ayer los datos económicos y la memoria de actividades de 2016, y destacó que el volumen de personal son trabajadores que viven en el rural, lo que contribuye a fijar población y a crear empleo. "En muchos municipios la residencia de mayores es el principal centro de trabajo", precisó. El incremento global de la ocupación y la apertura de las nuevas residencias de Lobeira y Vigo han traído consigo un incremento del 5,2% en el personal asistencial.

La fundación presume también de la calidad asistencial y de la cada vez mayor apuesta por la formación de sus trabajadores. En el análisis de la plantilla que recoge su memoria anual destaca que el 52% de los trabajadores tiene más de seis años de antigüedad, y el 70% son empleados fijos frente a un 30% de eventuales. Asimismo, el 64% de los puestos están cubiertos por personal sanitario y el 23% son trabajadores del área social. Más de la mitad, el 52%, tienen entre 31 y 50 años, el 15% son menores de 30 y el 28% superan los 50. Únicamente un 5% tienen más de 60 años.

La fundación cierra así un 2016 marcado por un crecimiento en el nivel de ocupación, con prácticamente el 100% de sus plazas cubiertas. Su red de centros está integrada por 70 instalaciones y 3.640 plazas asistenciales en toda Galicia, siendo Ourense y después Lugo, las zonas con mayor presencia de la fundación. La provincia ourensana cuenta con 45 de los 70 centros y 12 están en el entorno de la capital. En 2016 se registró una ocupación "récord" con solo alguna vacante en las residencias de O Bolo, A Cañiza y San Xoán de Río, y la incorporación de 106 nuevos residentes, un 3% más que el año anterior.

En este sentido, Gavela destacó que la prioridad de la fundación es prestar servicio en la Galicia del interior, donde la población está cada vez más envejecida y es más dependiente. El presidente explicó que el 25% de las plazas ofertadas son concertadas con la Xunta y que en las relaciones de la organización con la administración pública prevalece siempre la demanda de "apoyo para estas provincias" no solo porque la población sea "más dependiente", sino porque este territorio "necesita una apuesta por el empleo", indicó.

En el terreno económico, la fundación dispondrá en 2017 de un presupuesto de 47,3 millones de euros, lo que supone un 1% más que en 2016. El secretario de la fundación, Francisco Caseiro, explicó el detalle del proyecto económico y destacó que la principal fuente de ingresos son las cuotas y contratos de los residentes. El 98% del montante llega por esta vía, mientras que el 66% de los gastos de explotación se destina al personal. La inversión prevista en 2017 es de 650.000 euros.

En cuanto a los proyectos de futuro, la fundación indicó ayer que en los próximos meses avanzará en el desarrollo de cuatro nuevos equipamientos. Un nuevo centro de mayores en Lobios que complementará la oferta en la Baixa Limia; y otro en A Coruña en colaboración con el Arzobispado de Santiago. En la provincia de Pontevedra hay gestiones abiertas en Baiona y Arbo.