En mayo de este año, la catedral de Ourense se convertía en la segunda seo de Galicia, después de la de Tui, en instaurar, no sin cierta polémica, un control de visitantes, adjudicado a la empresa especializada artiSplendore, que incluía el cobro de 5 euros de entrada solo para turistas. El acceso sigue siendo gratuito para los vecinos de la ciudad o fieles que van a participar en los cultos. El pago de la entrada da derecho a recibir una audioguía que, en varios idiomas de su elección, permite al turista conocer los tesoros de esta joya del patrimonio. Siete meses después, el nuevo sistema "ha sido un éxito", según el deán de la catedral, José Pérez Domínguez. Los 20.500 turistas que pasaron por taquilla han dejado 75.000 euros. Una parte es para la empresa gestora, "el resto nos sirve para cubrir algún gasto y poder así mantener la catedral abierta", afirma.
- Hace siete meses la catedral de Ourense se convertía en la segunda de Galicia en instaurar el cobro de entrada para las visitas turísticas. Tras las primeras críticas ¿ha merecido la pena?
- Claro que sí. Ha sido un éxito. Desde el 9 de mayo que se puso en funcionamiento, hasta ayer 10 de diciembre, pasaron 20.500 turistas, lo que consideramos una muy buena cifra, que han dejado unos 75.000 euros en el pago de entrada y sin cobrarle a vecinos de Ourense, niños o peregrinos.
- Con una media de 40 visitantes por día y esos ingresos, ¿ya les llegará para gastos?
- Es una gran ayuda aunque hay que dividirlo, como es lógico, con la empresa adjudicataria (artiSplendore). Mantener una catedral de estas características estaba siendo un gran problema. Nos veíamos abocados a cerrarla. Los fieles siguen viniendo de forma gratuita, a nadie se le cobra por orar, y los turistas pagan como suelen hacer en la mayoría de los lugares cuando viajan, por hacer un recorrido con una audioguía.
- ¿Cuáles son los gastos más importantes que genera esta seo?
- Desde luego la calefacción e iluminación son muy importantes, pues hay que mantener en condiciones también cada capilla interior. Pero además tenemos que costear los gastos de dos sacristanes, limpieza y continuas pequeñas reparaciones de mantenimiento que corren de nuestra cuenta.
- Sin embargo la noticia del cobro no sentó muy bien en su momento.
- Teníamos que hacer algo. A veces nos comparan con la catedral de Santiago, pero allí tienen enormes ingresos que nosotros no tenemos. La catedral de Ourense no tiene ingresos como las parroquias, es un edifico abierto a todos, y aunque los canónigos asumimos con gusto el encargo del obispo de atenderla, no cobramos por ello. Esos ingresos por entrada son solo para mantenerla abierta al culto, mejorar la catedral y dignificarla.
-¿ Cuál es el país de origen de los turistas que han estado visitando la catedral de Ourense?
- Tenemos mayoritariamente españoles, aunque han estado conociéndola personas de 24 nacionalidades distintas, desde Francia, Portugal, Alemania, Reino Unido, Italia, hasta Rusia, Japón, Corea del Sur. Le hacen una encuesta a los turistas al rematar la visita y la verdad le dan un sobresaliente al arte que descubren. Salen muy satisfechos pues es una gran desconocidas.
-¿ Qué gran obra queda por hacer en la catedral?
- Son constantes, pero el gran problema que tenemos en estos momentos es el cimborrio. Es el símbolo de esta catedral y la primera imagen que ven los turistas, pero está muy dañado y las filtraciones de agua hacen que pueda desmoronarse en cualquier momento si no se actúa con rapidez.
- ¿No han contado siempre con ayuda de la Xunta
- La Xunta de Galicia ha hecho grandes inversiones, es cierto, pero si las comparamos con las realizadas en Santiago, Lugo o Vigo, es muy pequeña. Sabemos que la reparación de este cimborrio es una obra magna, muy costosa, pero es muy necesario si queremos que esta catedral se mantenga.
- ¿Qué ha provocado ese deterioro?
Básicamente es el agua y la humedad. Se ha ido filtrando, las piedras también se desgastan y las juntas están en mal estado, por lo que se filtra el agua al interior. Nosotros vamos haciendo algunas obras, como la mejora de una sacristía que trataremos, pero la del cimborrio es urgente y no podemos asumirla.
