El informe Pisa conocido ayer revela que siete regiones asiáticas lideran la clasificación mundial en la evaluación de la competencia en matemáticas. A diferencia de la calificación en ciencias o en comprensión lectora, donde también hay presencia de países occidentales en los puestos de cabeza, el dominio oriental en matemáticas es más que evidente. El ábaco, precursor de la calculadora moderna, podría estar detrás de estos resultados. El director del centro Nenoos de Ourense, que trabaja la estimulación temprana e incorpora el ábaco a su proyecto educativo, Mauro Santos, defiende que su uso mejora las capacidades cognitivas y los resultados académicos.
Hace pocos años que esta herramienta se coló en las escuelas de Ourense como una de las opciones que los padres tienen a la hora de seleccionar las actividades extraescolares para sus hijos. Comenzó de forma tímida pero en tres años ha cogido fuerza y se ha consolidado. El centro que dirige Santos es el que tiene mayor presencia en los colegios ourensanos, además de contar con instalaciones propias en el Parque Barbaña. En 2013 consiguieron formar grupos en dos centros escolares y el ábaco llegó a 45 niños ourensanos pero a día de hoy, son 370 los menores que aprenden a realizar operaciones aritméticas sin contar con los dedos e incluso mentalmente desde muy pequeños.
El colegio plurilingüe Santa Teresa de Jesús-Carmelitas Vedruna incluye el ábaco y la inteligencia emocional en su programa de extraescolares. Isabel Cachaldora es una de las profesoras y prepara meticulosamente cada clase. Cuando llegan los niños todo está dispuesto para relajarse. Pero no todo es sumar y restar, la actividad incluye yoga, representación de las emociones, debates y juegos.
Mauro Santos, que apuesta en su centro por programas de estimulación temprana de carácter integral sostiene que la actividad que desarrollan en los colegios es "muy beneficiosa" ya que, explica, "generamos un espacio estimulativo en el que durante 60 minutos estamos trabajando todas las capacidades y destrezas de los niños, tanto las cognitivas como las emocionales o las psicomotoras". Este espacio educativo se crea, añade, "poniéndonos en el lugar de los niños con actividades dinámicas, divertidas, espontáneas y reforzadoras de su autoestima".
Señala que a los padres les resulta "muy interesante" esta propuesta educativa y buscan en ella "mejorar la capacidad de concentración de sus hijos, que estén atentos por más tiempo, que mejoren sus habilidades sociales y tengan menos miedo a relacionarse con otros niños; en definitiva, que mejoren su rendimiento académico", indica.
Al mismo tiempo que se divierten jugando con un instrumento formado por alambres y cuentas que se deslizan en vertical, los menores aprenden aritmética y son capaces de realizar operaciones a gran velocidad. "El ábaco hace que los números y operaciones, que son conceptos abstractos, pasen al mundo físico y manipulativo siendo un apoyo muy recomendable para mejorar la comprensión de la aritmética y matemáticas", señala Santos. Al lograr que el aprendizaje sea manipulativo, "logramos que los dos hemisferios cerebrales trabajen juntos, lo analítico y lo imaginativo", concluye.
