El Grupo de Acción Ecologista Outeiro descubrió el pasado día 27 de julio la presencia de una especie de gavilán nativa del sureste africano, no citado hasta el momento, que se sepa, en la península ibérica y por descontado tampoco en Galicia.
Todo aconteció cuando Outeiro recibió un aviso de que un ave rapaz de pequeño tamaño había chocado contra el cristal de una ventana en Veiga, un pequeño pueblo a un kilómetro de O Carballiño y del mismo término municipal.
Para el grupo ecologista en principio se trataba de un aviso de tantos cuando algún un gavilán (Accipiter nissus), pequeña ave rapaz propia de los bosques gallegos y habitual en los del resto de Europa, sufre un accidente por choque contra algún obstáculo fijo en sus entripadas y rapidísimas persecuciones a pajaritos de pequeño tamaño.
Pero para su sorpresa, esta vez los miembros de Outeiro no salían de su asombro cuando se encontraron con un gavilán sí, pero con una especie nativa del sureste africano, no citado en la península ibérica y tampoco en Galicia.
Se trataba de un macho adulto de gavilán papirrufo (Accipiter rufiventris). Y tras una meticulosa exploración de su estado físico y una cuantas horas de observación hasta constatar una evolución favorables, fue puesto en libertad en el mismo lugar.
La cita, avalada por un detallado reportaje fotográfico fue compartida con expertos gallegos para que diesen su opinión, al tiempo que fue comunicada la Sociedad Gallega de Ornitología.
Una vez compartido y comunicado dicho hallazgo, desde el punto de vista taxonómico afirman desde Outeiro que "no hay duda era un gavilán papirrufo ( Accipiter rufiventris) como antes se dijo, lo verdaderamente sorprendente no es sólo su presencia en Galicia, sino en la Península Ibérica, incluso en Europa". Señalan que sería una torpeza atribuir su presencia solamente por motivos como la cetrería, el coleccionismo o cualquier otra tenencia doméstica y no profundizar en que factores ambientales globales que pueden estar influyendo en esta emigración impropia de algunas especies, más aún "en este caso cuando se trata de un ave de costumbres muy sedentarias y que por la edad, determinada por su policromía, el color de los ojos y otros aspectos morfológicos, no ofrecen duda de que se trataba de un macho adulto el que ya había completado sus fases de coloración".
Como tampoco indican ofrece duda que se trata de un individuo salvaje, "por su comportamiento diferente a aquellas aves que están en continúo contacto con el hombre, comportamientos algunos que no llegan a extinguirse cuando recuperan la libertad, aunque hayan pasado años".
