A las seis y cuarto de la madrugada del 7 de septiembre de 2007, una plataforma del viaducto de las obras del AVE que se estaba construyendo sobre el río Arenteiro, en O Carballiño, se vino abajo, cobrándose la vida del capataz vigués José Manuel Domínguez Lago, de 45 años. Resultaron heridos de consideración 4 trabajadores naturales de Portugal. El juicio por lo penal para dirimir responsabilidades iba a celebrarse ayer, más de 9 años tarde, pero tuvo que ser suspendido por un defecto en la fase de instrucción. El juzgado de lo Penal Número 1 devolverá la causa a Instrucción 1 de O Carballiño, para que dé la oportunidad de formular acusación a todas las compañías aseguradoras con interés en la causa, lo que implica un nuevo retraso hasta el juicio. La Fiscalía no ve delito.

El Penal había reservado toda esta semana para la vista, porque estaba programada la asistencia de decenas de testigos y peritos. En el banquillo se sentarán cuatro personas acusadas de un presunto delito de homicidio por imprudencia, entre otra posibles infracciones.

El accidente ocurrió cuando los trabajadores trataban colocar la plataforma de hormigón sobre los pilares del viaducto, que mide un total de 1,44 kilómetros. En el momento del accidente estaban trabajando 11 operarios, 5 de ellos sobre la plataforma. En una de las fases del empuje del tablero, se deslizó más de lo debido y falló el sistema de retención. Se vinieron abajo un total de 147 metros de viaducto.

En el banquillo se sentarán 4 técnicos encargados de la dirección de obra de las empresas que ejecutaban el viaducto, la UTE FCC-Comsa y una subcontrata. Están acusados de homicidio por imprudencia profesional, lesiones e incluso falsedad documental, por presuntas infracciones de las normas de prevención y una supuesta omisión de las medidas de seguridad.