Desde que hace algo más de una semana el Automóvil de Vigilancia Integral (AVI), conocido como multamóvil, recorre las diferentes zonas de la ciudad, y después del periodo de pruebas, lleva realizadas un total de 29 denuncias por otras tantas infracciones detectadas y que fueron tramitadas por el nuevo sistema. La mayoría de ellas están relacionadas con los aparcamientos en zona de carga y destacar, en total 19; las de doble fila y en carril de circulación, que sumaron 7, y las otras tres por estacionar vehículos en la paradas reservadas para los autobuses urbanos.

Las primeras sanciones fueron ya tramitadas y remitidas a los titulares de los vehículos, como se explica por parte de la Concejalía de Seguridad. Y aclaran que seguirá el procedimiento administrativo normal, como si se tratase de una multa normal, como las que realizan los agentes de la Policía Local.

Y aunque el concejal de Seguridad, Carlos Campos, señala que más adelante se realizará una valoración, "cuando contemos con más datos", reconoce que se constata lo que era una realidad: la existencia de "demasiados vicios" por parte de los conductores, sobre todo en el momento de aparcar, que provocan muchos problemas en el normal desarrollo de la circulación.

Carlos Campos hizo hincapié en la doble fila como una de las infracciones más recurrentes y, a la vez, con más incidencia en la circulación, provocando retenciones y atascos, sobre todo en aquellas vías con una alta densidad de tráfico rodado, como sucede en varias calles del centro, y señalar los casos de Juan XXIII y avenida de La Habana.

Unos aparcamientos que también afectan a los pasos de peatones, ya que son cada vez más las incidencias en este sentido, y las imágenes revelan que por parte de los conductores no existe reparo alguno en llegar a bloquear este paso destinado a los viandantes, tanto con regulación semafórica o sin ella.

De ahí que desde el gobierno municipal se defienda la puesta en funcionamiento del multamóvil, que se produjo después de que el vehículo permaneciese aparcado durante nueve años en unas instalaciones propiedad del Concello, sin llegar a instalarse todo el mecanismo para poder llevar a cabo su función.

Multar la reiteración

Una de las cuestiones en la que incide el edil de Seguridad y Policía Local, Carlos Campos, es que la puesta en funcionamiento del multamóvil no tiene un objetivo "recaudatorio", una de las críticas que se habían vertido nada más conocerse que comenzaría a recorrer las calles de la ciudad.

Sostiene Campos que la intención es otra muy diferente, y pasa por sancionar a los que de forma reiterada no dudan en dejar el coche a sabiendas de los problemas que pueden causar en la circulación.

Y explicar que el proceso que se sigue es que no se multa en la primera pasada por esa zona donde se encuentran vehículos mal aparcados, pero sí en la siguiente, dejando un margen de tiempo prudencial. De ahí que el funcionamiento de trabajo del multamóvil consiste en ir detectando vehículos mal estacionados para comprobar si permanecen en el mismo lugar transcurridos unos minutos.

En cuanto a la forma de operar, el multamóvil circula varias veces por diferentes calles de la ciudad, encendiendo y apagando las cámaras para controlar las zonas en las cuales se detectan infracciones que obstaculizan el tráfico o la normal actividad de servicios autorizados.

Una vez finalizado el servicio, por parte del agente de la Policía Local que va en el vehículo junto al conductor, se procede a verificar todas las infracciones que plantea el propio sistema y descartar las que no lo son. Y tanto las fotos como los boletines de denuncia se trasladan al servicio municipal de sanciones para seguir el procedimiento que establece la legislación vigente.

Con los primeros datos con que se cuenta, el responsable municipal del área de Seguridad señala como una de las principales incidencias los espacios destinados al transporte urbano, unas paradas en las que se estacionan vehículos, con lo que al autobús no le queda más remedio que ocupar uno de los carriles o el único que existe. Eso lleva a que se sucedan las retenciones en varias calles.

Algo similar sucede con el aparcamiento en las zonas delimitadas para carga y descarga en ese horario que tienen establecido, lo que lleva consigo que el transporte autorizado para estacionar, en la mayor parte de los casos camiones, tengan que subir a la acera o aprovechar espacios en los que está prohibido parar.