El tráfico vuelve a circular con toda normalidad por los cuatro carriles del puente del Milenio, dos de los cuales fueron reabiertos en la tarde de ayer tras rematar esa fase de mejoras de un proyecto integral de restauración de esta obra de ingeniería que comenzó en julio, pero cuyos trabajos de acondicionamiento seguirán en el resto de la estructura, y sin afectar a viales hasta el mes de noviembre. Se trata de continuar mejorando barandillas y escaleras peatonales, cuyo estado ponía en riesgo la seguridad, sobre todo de los peatones que subían a sus escaleras-mirador.

Las obras de restauración de este puente, el quinto que se construyó sobre el Miño en la ciudad de Ourense, pero símbolo ya de la ciudad por su moderna y arriesgada estética, comenzaron en julio de este año, lo que supuso entonces el cierre de la circulación en todos sus carriles, pues pese a haber sido inaugurado en el año 2001 presentaba importantes daños derivados de la corrosión de sus estructuras, deterioro de la pintura y los efectos de algunos actos vandálicos. El proyecto, que fue ejecutado a través de a Xunta de Galicia, tiene una inversión final que ronda los 500.000 euros.

Durante la tarde de ayer fueron retirados los pivotes que impedían el paso por dos de los carriles y a partir de las 17 horas, y con supervisión de patrullas de la Policía Local, se retomó la circulación con normalidad en ambos sentidos y en los cuatro carriles; una reapertura muy necesaria según fuentes de la Policía Local, pues se trata de un nudo fundamental de comunicaciones de entrada y salida de la ciudad.

Ahora continuarán los trabajos de mejora de esas barandillas y escaleras laterales que, emulando las alas de una gaviota, nombre popular que se le dio inicialmente al proyecto, obra del arquitecto Álvaro Varela y del ingeniero Juan M. Calvo, utilizan muchos peatones pues sufrían un alto grado de oxidación. Una pasarela peatonal que llega hasta los 22 metros de altura y ofrece miradores espectaculares sobre la ciudad. Por lo que respecta al puente conecta las dos márgenes del Miño con una longitud de 275 metros.