Las obras que se llevan a cabo en el puente romano fueron ayer objeto de una nueva polémica entre el grupo socialista y el gobierno municipal. En esta ocasión también relacionada con la implantación de un nuevo sistema de iluminación, pendiente de concluir su fase final.

Ahora el objeto de denuncia de los socialistas está relacionado con la retirada de las antiguas farolas, al tener conocimiento de que, además de no ser repuestas, no están custodiadas por la Xunta como así se aseguro por parte del gobierno. Para insistir en que las obras de la Xunta "son una auténtica chapuza", además de dudar de que existan los permisos necesarios de Patrimonio para actuar en uno de los emblemas de la ciudad.

Una cuestión que para el alcalde Jesús Vázquez, -que ayer de nuevo rechazaba los argumentos de los socialistas-, ya forman parte de una campaña "destructiva" que emprendieron. Y de nuevo señala que por parte del grupo socialista no se han preocupado de conocer el proyecto que se está llevando a cabo. "Algo que no hicieron ellos durante los ocho años que estuvieron en el gobierno municipal", le espetó el regidor.

Sostiene Vázquez que se trata de un "proyecto muy importante para la ciudad", sobre todo por tratarse de uno "de nuestros emblemas" en el que la Xunta está realizando una importante inversión, ya que entre la Consellería de Infraestructuras y la de Cultura se invertirán entorno al millón de euros.

Sobre la polémica del sistema de iluminación, el regidor señala que se trata de un "proyecto novedoso" avalado por los técnicos, y que llevan a cabo empresas gallegas. Y recordar que después de colocar la nueva luminaria led horizontal en el interior del puente, cuya idoneidad cuestionan los socialistas, queda la del exterior.

El regidor municipal asegura que el objetivo de los trabajos que se realizan es "la puesta en valor" del puente romano, y que se convierta en ese reclamo turístico. Y defender el nuevo sistema implantado, que permitirá acabar con la contaminación luminaria que existía y supone un nuevo concepto que ya se implantó en otras ciudades gallegas, y citó el caso de Lugo, "sin que hubiese ningún tipo de problema".

Eso le lleva a calificar de "demagógicas" las denuncias que se realizan por parte del grupo socialista, más preocupado en "destruir" que en contribuir a mejorar la situación en la que se encontraba el puente romano, por el que dice "no se preocuparon durante el tiempo que gobernaron".

Por su parte, los socialistas, a través de un comunicado, acusan al gobierno popular de una "actuación oscurantista", contando para ello con la "connivencia de la Xunta" en todo lo relacionado con el proyecto que se lleva a cabo.