En paliativos no hay filtros ni espera. Se ingresa directamente, sin pasar por urgencias. Y la estancia, como todo trance vital, es dura y emocional. El personal guarda con mimo más de 40 placas de agradecimiento de familiares que perdieron a un ser querido pero lo vieron declinar sin que sufriera, asegura Miguel Ángel Núñez, médico y coordinador de la Unidad de Cuidados Paliativos del CHUO. Cada año, el servicio recibe a más pacientes porque no solo acoge a los enfermos a punto de morir, sino que también quita el dolor a pacientes terminales con una fase aguda. Desde enero, 535 personas ingresaron en la planta del Santa María Nai, en el CHUO. Cuando finalice el año, calcula Núñez, por la unidad habrán pasado 670 o 700 personas.

En la provincia de Ourense se registraron 4.400 fallecimientos en el año 2014, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) que analizan las defunciones y sus causas. Un total de 1.184 personas -el 27%- falleció a consecuencia de algún tumor. Son tres tipos de cáncer las enfermedades predominantes de los pacientes que ingresan en paliativos del CHUO. Según la estadística de los últimos tres años, los tipos más presentes son los tumores irresolubles de colon, pulmón o próstata. Entre mediados de 2010 -cuando se hizo cargo del servicio el doctor Núñez, autor de la estadística- y finales de 2012, la inmensa mayoría de pacientes siguieron siendo los oncológicos, con presencia de otros tipos de tumores como el gástrico o el de páncreas.

El año pasado, Cuidados Paliativos del CHUO atendió a 643 personas, confirmando el incremento paulatino de ingresos de los últimos años. Fueron 596 en 2014, 571 en 2013, 540 en 2012 y 490 en 2011. Desde mayo de 2010 fueron tratados un total de 3.702 ourensanos.

La estadística también asienta el perfil del enfermo que ingresa en la unidad. El porcentaje de varones ha sido ligeramente superior en todo el periodo del que existen datos, salvo en lo que ha transcurrido de 2016. En una sociedad cada vez más longeva y en una provincia envejecida (por cada menor de 14 años hay 3 mayores de 65), la edad media de estos enfermos, más elevada en el caso de las mujeres, se sitúa entre los 70 y 80 años. Tomando como ejemplo lo que va de año, de los 535 atendidos desde enero un 51,3 eran mujeres con una edad promedio de 78,6 años. Los hombres terminales tenían, de media, 70,3.

Son una minoría, pero también hay pacientes en cuidados paliativos por causa de una enfermedad no oncológica. Constan 85 casos registrados desde 2010. En lo que va de año ingresaron 16 personas en estado terminal por patologías distintas a un cáncer. Las principales dolencias sufridas por estos pacientes son de tipo neurodegenerativo, como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) o una demencia, así como la isquemia de tipo arterial.

El servicio de Cuidados Paliativos del CHUO, adscrito al de Oncología y pionero en Galicia -se creó en 1996, desde 2002 en el hospital Nai-, es una unidad básica integrada por 1 médico, 8 enfermeras, 1 psicóloga a tiempo parcial, 1 trabajadora social en el mismo régimen y 7 auxiliares. En las áreas de Verín y Valdeorras opera un equipo básico de soporte que presta tratamiento ambulatorio con un internista. Como indica el doctor, defensor del "sentido común" de la medicina y de la importancia de "cuidar" al mismo nivel que curar, el personal tiene formación máster, así como cursos de psicología y comunicación de malas noticias. También se ha reforzado la formación a los médicos de cabecera, para que puedan canalizar casos a la unidad.

Un 13% elige morir en casa

Un porcentaje inferior de enfermos en fase terminal elige morir en casa. Recibe la medicación necesaria en las visitas periódicas del personal de Hospitalización a Domicilio (HADO), un servicio que eligen cada año 1.100 ourensanos. Según Miguel Núñez, entre un 12 y un 13% de los pacientes terminales elige pasar el final en su domicilio.

En Galicia solo 5.263 personas -2.286, mayores de 65 años- han presentado hasta la fecha el documento de instrucciones previas o testimonio vital, un trámite para hacer cumplir la voluntad en situaciones de enfermedad en cuyas circunstancias no sea capaz de expresarlo personalmente. Alude a los cuidados y el tratamiento deseados y también al destino del cuerpo o sus órganos en el momento del fallecimiento.