Los resultados de las últimas elecciones gallegas, los peores de su historia, que se tradujeron también en Ourense en la pérdida de dos de los cuatro diputados que tenían por la provincia, han abierto aún más la histórica brecha de los socialistas ourensanos. El secretario provincial del PSdeG-PSOE, Raúl Fernández, rompió ayer su tradicional mutismo para reconocer que si bien "el fracaso electoral del PSOE es incuestionable", esta ejecutiva provincial "no ha tenido capacidad de acción en esta campaña, pues no se le han dado competencias ni se la ha dejado trabajar".
El secretario provincial deriva así parte de la responsabilidad "a la gestora gallega, sin necesidad de poner nombres y al comité nacional de campaña pues fueron los que marcaron los tiempos del candidato, el tipo de campaña y hasta las maneras".
Según Raúl Fernández, número 2 de la candidatura a la Xunta por Ourense, que encabezaba Noela Blanco y diputado electo, "el PSOE de Ourense sacó los mejores resultados porcentuales, pese a no gobernar ni en la Diputación ni en el Concello, pero ha sido una derrota sin paliativos, y es necesario abrir un periodo de reflexión pues esta ejecutiva no puede asumir toda la culpa".
Los "errores" ajenos se resumirían en tres puntos, según el secretario provincial del PSOE: la elección tardía del candidato, Xaquín Leiceaga, casi en la antesala de la campaña y sin tiempo para darlo a conocer y permitirle consensuar el programa con la militancia; la decisión del comité nacional de campaña "de dejar actuar lo menos posible a esta ejecutiva provincial", señaló, y "el error táctico de llegar a las elecciones sin un ejército socialista cohesionado en la provincia".
El "cambiazo" de listas
Tampoco considera que haya animado ni a los electores, ni a los propios candidatos que iban en la lista y que fueron trasladados de los puestos de cabeza a la cola ese cambiazo de listas. " Lo hicieron en las elecciones generales y volvieron a realizarlo en las autonómicas", indico Raúl Fernández "y eso desilusiona".
La tradicional pugna del PSOE provincial, que se dividió en su día entre los calificados como "pachistas" afines al entonces secretario gallego Pachi Vázquez y "paquistas" afines al alcalde defenestrado por la Pokémon, Francisco Rodríguez, se ha convertido en los dos últimos años en Ourense, tras el congreso nacional que dio la secretaría general a Pedro Sánchez, en dos bandos, el afín a Sánchez y el de los perdedores, que votaron a Eduardo Madina y han sido literalmente borrados de la lista, o incluso colocados en cuartos y quintos puestos, es decir sin posibilidad de salir elegidos aún con el mejor de los pronósticos para el PSOE. Un "cambiazo" que se hizo desoyendo la decisión que habían dado los militantes en la primarias. De ahí surgieron los que los detractores de Pedro Sánchez califican como "paracaidistas", en relación a la aparición en las lista al Congreso y Senado de Rocío de Frutos y Luis García Mañá, que acabaron como cabezas de lista a ambas cámaras, pese a no ganar las primarias.
"Leiceaga no fue el problema"
El hecho de que un exmilitante nacionalista, Xaquín Leiceaga, fuese el elegido para encabezar la candidatura del PSOE , no es la clave. "Leiceaga no es el problema ni el culpable; esos tiempos los marcó la gestora y la ejecutiva nacional; tendría que haber sido elegido un año antes para darlo a conocer, consensuar el programa y pactar la lista incluso, con los que quedaban fuera", dice Raúl Fernández.
