Neo posa a la orilla del río Avia. // FdV

Poco a poco Neo se ha ido quedando solo. Desde junio de 2013, cuando llegó a manos de las responsables de "Mascotas Perdidas do Ribeiro", ha visto a muchos otros perros y gatos llegar con historias tan poco afortunadas como la suya y también cómo encontraban sus finales felices: una familia que los adoptase y les diese una nueva oportunidad.

Y precisamente lo que más necesita, el final feliz, es lo que parece escapársele a este abuelete perruno que ya cuenta con 11 abriles. Sus cuidadoras no consiguen que nadie llegue a interesarse en serio por él y continúan tutelándolo, tres años compartidos en los que el animal se ha convertido "en parte de la familia", aseguran.

A este grandullón lo recogieron los operarios del Concello de Ribadavia después de una existencia complicada como mascota de una familia que vivía en la marginalidad. "Su vida no fue nada fácil", aseguran sus dueñas actuales, ya que se vio obligado a vivir a la intemperie durante muchos años, pasando desde "noches de nevada atado en el arcén de una carretera hasta sofocantes tardes de verano sin agua ni comida", relatan.

Poco o nada más se sabe a ciencia cierta sobre el pasado de Neo. "La verdad es que no sabemos mucho", explican estas chicas que se convirtieron en sus ángeles de la guarda después de años de dificultades. "Algunos nos han contado que Neo protegía a la mujer de la familia cuando era maltratada", y otros les han comentado que el animal era utilizado en peleas.

Un peluche selectivo

De lo que sí saben es de cómo es Neo ahora: "Un perro especial con un pasado difícil que ha desarrollado un carácter propio de ese pasado sufrido"; explican. Sin embargo, y después de haber convivido con él durante más de tres años, están seguras de que "si recibe mimos y atención, puede ser como un peluche mimoso", afirman. Pero también son conscientes de que el carácter de Neo es dominante y por lo tanto "muy selectivo con sus compañeros perrunos", lo que le ha llevado a protagonizar alguna que otra pelea.

Muchos factores juegan en contra de que la vida de Neo dé un giro de 180 grados y pase a tener una familia que lo quiera y cuide: es un perro de gran tamaño, es mayor y pertenece al club de los perros potencialmente peligrosos. Por si esto fuese poco, al rosario de desgracias del pobre Neo se ha añadido la leishmaniosis. Sus cuidadoras son conscientes de que su situación es "muy especial", pero no se rinden y siguen buscando a un adoptante que sea "tan especial" como Neo.

"Mascotas Perdidas do Ribeiro" solo tiene a Neo ahora mismo bajo su tutela, por lo que sus actividades se han centrado últimamente en la faceta de la difusión, sobre todo a través de su página de Facebook, desde la que informan de todas las mascotas que aparecen perdidas en la comarca y aconsejan a todos los que contactan en busca de ayuda.