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El Concello retira el precinto a la discoteca La Bull para realizar las obras exigidas

-El litigio con la propiedad para obtener los permisos se prolongó durante 2 años -No podrá abrir hasta finalizar los trabajos y cuente con la licencia de ocupación

La discoteca La Bull, con el precinto del Concello. // Jesús Regal

El acuerdo adoptado por la Junta de Gobierno Local en la reunión que celebró ayer de concesión de licencia de obra y actividad en vía de legalización de la discoteca La Bull, en la calle Arturo Pérez Serantes, y para un aforo máximo de 749 personas, según el proyecto presentado, permitirá resolver un litigo que se prolongó durante dos años.

Esta licencia supone la retirada del precinto que tiene el local en la entrada, con el fin de que se puedan realizar todas las actuaciones necesarias para su puesta en funcionamiento. El alcalde Jesús Vázquez explicó en su comparecencia posterior a la Junta de Gobierno para dar cuenta de lo acordado que la discoteca no podrá ejercer su actividad hasta obtener la preceptiva licencia de apertura.

Con esta resolución se asumen íntegramente los informes técnicos de diciembre de 2014, emitidos por la ingeniera técnica industrial; informes de la arquitecta técnica municipal, de enero, marzo y junio de 2015, 3 de mayo de 2016 y 10 de junio de 2016; informes del servicio de bomberos, de enero, marzo y junio de 2015 y 14 de junio de 2016; informes de las arquitectas municipales, de 26 de abril de 2016 y 9 de junio de 2016, así como el presente informe jurídico de 17 de junio de 2016, que forman parte integrante de esta resolución y que deberán serles trasladados a los interesados a efectos de motivación.

El regidor concretó que, después de casi dos años de litigio, "podemos resumir todo esto en que no se cumplían las condiciones de accesibilidad" para que la discoteca pudiese realizar su actividad, como así pretendían los propietarios, que acudieron a la vía judicial.

Lo que también indicó el alcalde es que por parte del Concello se realizaron informes técnicos y jurídicos, y mientras duró el proceso se fueron añadiendo más alegaciones por parte de la empresa.

La solución final vino de la mano de uno de los técnicos del Concello que, con un artículo del Código Técnico de la Edificación, resolvió adaptar lo que se viene llamando una zona de refugio para que, en caso de evacuación, una persona con morbilidad reducida pueda estar al seguro mientras no llegan los servicios de emergencia.

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