El miércoles, Felisberto dos Santos, un portugués de 64 años, se sienta en el banquillo de los acusados por el asesinato de su mujer, María de Fátima Machado, a sus 52 años. La Fiscalía reclama 17 años y 3 meses de cárcel y 150.000 euros para los 4 hijos de la víctima. La acusación particular se adhiere. Al tratarse de un crimen machista, la Xunta es parte. El juicio continuará el jueves en la Audiencia Provincial.
El 11 de septiembre de 2013, el sexagenario asfixió presuntamente a su mujer, de etnia gitana, tras quebrantar una orden de alejamiento que estaba en vigor por una agresión previa, cuya denuncia retiró la mujer, pidiendo además que la orden se anulara. Tras asfixiarla en su casa del barrio de San Lázaro de Verín, con una almohada o algo similar, ingirió sulfato -una cantidad insuficiente como para morir-, y al día siguiente se entregó a la Guardia Civil.
Dos Santos está acusado de asesinato agravado por parentesco (14 años de prisión), malos tratos en el ámbito familiar, (9 meses), quebrantamiento (10 meses), y tenencia ilícita (1 año y 8 meses). Según las evaluaciones, presenta "signos de deterioro cognitivo senil e ideas patológicas de celos, lo que disminuye discretamente su capacidad de conocer y de modo moderado a importante su capacidad de querer". La Fiscalía ve una atenuante. La defensa pide la eximente de altercación psíquica y califica los hechos como homicidio imprudente porque el acusado creía que la mujer se había desmayado, no fallecido.
