El Concello de Ourense destina finalmente una partida de algo más de 3,7 millones de euros al servicio de mantenimiento y mejora de las zonas verdes públicas del municipio, en un contrato que aumenta la partida destinada a este fin y refuerza por tanto este capítulo medioambiental de la ciudad, pero a cambio someterá a la futura concesionaria a un férreo control y supervisión de su trabajo para evitar fraudes e incumplimientos comunes en otras concesionarias de servicios municipales.

El sábado finaliza el plazo de presentación de plicas para las empresas interesadas en concurrir al concurso, y que deberán de responsabilizarse de cinco áreas concretas: los jardines y espacios verdes de la ciudad, los céspedes y cubiertas vegetales, así como del arbolado, arbustos y palmeras, las jardineras repartidas por todo el casco urbano, en especial en la zona centro, y las zonas terrizas y pavimentadas, entre otras

Para empezar, la futura concesionaria debe de comprometerse a subrogar los empleos de los 170 trabajadores actuales. Pero además el Concello quiere evitar problemas generados en concesiones anteriores, caracterizadas por la situación de abandono de la zonas verdes, en especial de las perimetrales, y en su mecánica operativa inicial los pliegos del concurso obligan a la adjudicataria a presentar en el plazo máximo de tres meses, a contar desde la fecha de adjudicación, un informe "exhaustivo, escrito y fotográfico sobre el estado de conservación de los diferentes elementos, tanto vegetales como de obra civil, de los jardines, espacios, verdes, arbolado, jardineras, alcorques, pavimentos, areneros, terrizos, arbolado viario en alcorques", explican.

Ese informe debe enumerar el estado del mobiliario urbano, de los juegos infantiles, las fuentes municipales, de todas las zonas objeto de contrato en el momento de hacerse responsables de esa concesión. Ese férreo control que quiere imponer el Concello para evitar los incumplimientos actuales, obligará a la futura concesionaria a realizar también una "memoria valorada" de toda las obras que se consideren necesarias para la reposición de elementos deteriorados.

El alcalde ya advirtió hace unas semanas de la intención de imponer un control más estricto sobre el cumplimiento de los contratos, tras los problemas generados por servicios como ayuda a domicilio, limpieza de colegios y oficinas públicas, entre otros. La tristemente célebre Linorsa.

Así que la próxima adjudicataria de este suculento contrato de conservación y mantenimiento de jardines tendrá que, una vez logrado el contrato y conseguido el visto bueno del Concello, realizar ese exhaustivo informe de todos los elementos que debe mantener.

También en el plazo de tres mese posteriores a la adjudicación, debe presentar programas básicos sobre cómo piensa hacer con los capítulos de abonado, control de malas hierbas, cómo va a ser la labor de mantenimiento del arbolado y las podas y con qué periodicidad, entre otras. Nada quedará al azar para que los incumplimientos, dentro de lo posible, sean materia del pasado en lo que a cuidado de jardines se refiere.