La fama del establecimiento lo llevó a trasladarse hasta la zona de Puerto Madero. El éxito continuó aunque ya no era lo mismo, le faltaba ese duende que habitaba aquellas viejas paredes de la cantina de la avenida Córdoba.

"La última vez que vi a Pepe, cené con Luis Vaamonde, que era amigo personal suyo. Aquella noche mágica donde hablamos en gallego con acento porteño, nos acompañaba la cantante Lorena Lores. Los cuatro cerramos el local, hablamos de Galicia, de política. Aquella noche hablamos de Independiente, mi equipo y el suyo, del cual era fanático. Me comentó que había inventado los ñoquis del 29 y el pan de pizza. Ya cuando la noche se terminaba, y el vino nos hacia más sinceros, me confesó que a Lucho Avilés y Gerardo Sofovich fueron los únicos a los que nunca les permitió pagar una cuenta. Me terminó diciendo: "Y eso que pasaron Sinatra, los Reyes de España, Nixon... Quizá no el mejor, pero tengo uno de los restaurantes más populares del mundo". Esa noche Vaamonde y Lorena cantaron hasta el amanecer, con la compañía de otros clientes, que se sumaron a la fiesta, entre ellos el hijo de Alberto Olmedo. No tardó mucho tiempo para que Pepe Fechoría, por cuestiones de salud decidiera retirarse de la actividad. La edad, su salud y el cansancio de la noche le llevaron a retornar a su aldea natal, para vivir una vida más tranquila. Fue así que regresó definitivamente en 2005. Ayer Pepe se marchó para siempre. Buenos Aires quedará marcada para siempre.